(LEED LA NOTA DEL FINAL)
*Narra Shawn*
En cuanto leí el mensaje que me había enviado José, mi corazón se paró. En ese preciso instante, mi vida se derrumbó en cuestión de segundos.
Ni si quiera podía escuchar a Sam; solo pensaba en mis amigos, miles de recuerdos desbordaban mi mente. No podía con esto, era demasiado para mí. Después de unos largos minutos recapacité, me levanté de golpe y camine con un único objetivo, llegar a casa, coger lo que pueda y volar a Londres.Escuchaba a Sam detrás de mí, pero no iba a perder tiempo, tenía que irme ya. Y eso hice... Empecé a correr y la dejé ahí sola, me odié por eso, mas solo necesitaba ver a Mary, no podía dejar de pensar que también la perdería a ella.
Una vez en casa mamá y papá se asustaron, al verme llegar tan nervioso, Aaliyah fue la única capaz de frenarme.
-Shawn ¿Qué te pasa?-Por favor, responde hermano.-Yo ni si quiera podía hablar, le mostré mi móvil, que por lo visto Sam lo había metido en mi bolsillo y seguí recogiendo las cosas.
En menos de dos horas ya estaba junto a mi familia en el aeropuerto.
Aún seguía sin decir palabra, a pesar de lo insistente que podía llegar a ser mi hermana. El viaje se me hizo eterno, no veía la hora de salir de ese maldito cacharro de metal. No comí nada, tan solo bebía agua, Aaliyah no dejaba de mirarme preocupada, pero una vez abajo encontré a Lucía, junto a mis primas Helen y Amm y a las gemelas. No pude más, todo yo me vine abajo, comencé a llorar y me abrazaron. El camino fue rápido, y silencioso, en menos de media hora ya estábamos en el hospital, me quedé parado frente a su habitación, no podía moverme.Unas enormes puertas de cristal medio transparente, frenaban mi camino; intenté abrirlas, pero nada, dos enfermeras y un doctor se pararon frente a mi, dándome un pequeño empujón para que me alejase.
-Señor no puede pasar.-Me decía este, yo sólo lo miraba mal.-La paciente está demasiado grave y ni si quiera hemos dejado que pase su familia.
-Usted no lo entiende, necesito verla.-Mi voz sonaba rota, estaba desesperado.
-No pasará.-Fue lo último que me dijo, y se marchó.
Revolví mi pelo con rabia, no le he dicho nada en todo este tiempo y ahora está ahí, postrada en una cama luchando por su vida.
-No te tortures, no puedes hacer nada, nadie puede hacer nada.-Susurró Lucía a mi lado.
-Necesito salir de aquí, me estoy ahogando.-Ella asintió y me llevó a la azotea del hospital.
Todo estaba tan tranquilo desde ahí arriba, sentía que podía respirar, entonces llegó un mensaje; era Sam, no quería contestar, quería que me dejaran en paz. Deslicé mi dedo sobre la pantalla para quitar la notificación, en ese momento vi la foto... Mi fondo de pantalla era la última foto que nos hicimos, en mi fiesta de despedida, todos mi amigos estaban ahí y Mary montada a caballito encima de mi, con una corona rosa de princesa que Lucía le hizo llevar. (Era eso o no comer tarta).
-¿Cómo habéis ido a recogerme? Se supone que sobre todo tú deberíais guardar reposo.-Le dije intentando no llorar.
-Se supone...-Se limitó a contestar.
-Deberías estar en una habitación, junto a...-No me dejó acabar.
-No han podido pararme los médicos o mis padres antes, tú no vas a llevarme allí.-No me miraba.
-No quiero que te pase nada Lucía.-Suspiré.-A ti también no...-Mi voz estaba totalmente quebrada.
-¿Y si ella también se va?-Dijo sentándose en el suelo, se abrazó a sus rodillas y escondió su cabeza en ellas.-No podría soportarlo...
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Una marginada más...
Fanfiction¿Qué pasa cuando una chica nueva y marginada, entra en un instituto lleno de niñas pijas y de chicos que creen ser dioses? Que explota una bomba de relojería. Mary una chica de 16 años, Española, se tiene que mudar a Londres, por el trabajo de sus...