El plan es bueno. Los dos primeros días vamos a estar alojados en un hotel, viendo la ciudad de Nueva York y todo eso. Luego, supuestamente para convivir con los alumnos más tiempo, los siguientes días, vamos a estar en sus casas, viviendo. Pero en realidad todo el mundo sabe que es porque no tenemos dinero suficiente para pagar un hotel en condiciones. Serán los alumnos con los que vayamos al instituto. No es instituto estilo... vaya me han puesto un exámen, bla, bla, bla... Es para ver la rutina diaria de los estadounidendes.
Cuando nos montamos en el autobús que nos va a llevar al hotel, me siento más mareada de lo normal. Esto del cambio de horario no me sienta nada bien. Me apoyo contra la ventana y me hecho una siesta mientras llegamos.
Me despierta unos golpes en el brazo. Miro molesta hacia Maggie, que está dándome con el codo repetídamente mientras mira con la boca abierta por la ventana. Me giro extrañada. Y entonces entiendo su cara. El autobús se acaba de parar delante de un hotel. Puedo leer:
"The Waldorf-Astoria"
Me pongo a chillar como una loca sin poder creérmelo. Es un hotel de lujo. Ahora entiendo perfectamente por qué sólo nos quedamos una noche. Me pego a la ventana haciendo que se evapore. Cuando abren las puertas para salir, todo el mundo se apelotona en la puerta para poder salir primero. Incluso hay a un chico llamado Mike que se le olvida coger el equipaje y va corriendo a la puerta. Todos nos reímos cuando vuelve humillado. Como no, tenemos la edad de reírnos de los demás sin poder evitarlo. Todos vamos cargados poco a poco a las puertas. Un guardia nos vigila mientras entramos. No debemos de tener unas pintas muy buenas para entrar en un hotel como este. Cuando entramos todos sueltan un "wuau", incluida yo. El profesor Antonio nos mira sonriente adelantándose para hablar:
- Bueno, esto es más o menos un regalo por parte del instituto -dice orgulloso.
"Mentira, seguramente hayamos pagado el 80%" dice mi cabeza, siempre tan inteligente. Coincido con ella.
Rose se pone a dar saltitos. ¿Pero esta qué hace? Antonio nos explica que las habitaciones están subiendo las escaleras. En cada habitación van dos personas. Las parejas ya las hicimos en Londres, uno de los días de reuniones. Yo voy con Maggie, claramente. Hubo quejas de una chica llamada Amanda porque quería ponerse con un chico (seguramente su novio). Los profesores se lo prohibieron, y además, a partir de ese día, no dejan de observarla. Pobre. Nos vamos a la habitación fascinadas por las alfombras, lámparas, paredes, puertas... y por todo, resumiendo.
- Es enormemente grande -susurra Maggie.
Asiento sonriendo. No sabía que ir a un hotel de esta calidad me haría sentirme contenta. Cuando llegamos a la habitación, no me espero menos de lo que me encuentro. Hay dos camas, con una colcha blanca. Completamente blanca. Vaya lavadoras deben de tener aquí. Entre ellas hay una mesilla con una lámpara con bordes dorados. Quiero esa lámpara en mi habitación para sentirme mínimamente rica. Las ventanas son enormes y tienen unas vistas impresionantes. Las cortinas son doradas. Vale, es la primera vez que veo unas cortinas así, y no puedo evitar quedar mirándolas un buen rato. Hay un sofá rojo con decoraciones doradas y hasta un escritorio. A los pies de la cama hay una chimenea tapada con algo negro con decoraciones doradas.
¿Pero qué es esto? "Waldorf Astoria" me respondo a mi misma. Sonrío.
Voy corriendo y me tumbo en la cama más próxima a la ventana.
- Me la pido -le informo a Maggie.
Como respuesta, viene corriendo y se tira encima de mi, aplastándome. Pego un chillido y se empieza a reír. Al final me entra la risa floja con la emoción y nos quedamos riéndonos como unas locas, mirando la lámpara que cuelga del techo. Entonces de repente Maggie se levanta. Me mira sonriendo.
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Me niego
Teen Fiction- Enamorarse es de idiotas -aclaro como si fuese obvio-. - Enamorarse no es de idiotas. Tener miedo es de idiotas. Y eso es lo único que tienes tú ahora. ¿Cuánto puede cambiar a una persona en un solo viaje?