Cuando suena el timbre, Violet y Patrick ya se han ido, y solo quedamos Peter y yo. Cada vez que intenta acercarse lo más mínimo, le tiro un cojín directo a la cara, así que está sentado en la mesa de la cocina y yo en el salón. Me levanto dispuesta a hacer algo. Voy directa a la puerta, y cuando la abro, algo se tira encima mía. Unos brazos me rodean y me tiran hacia atrás. Mis pies se hacen una "auto-zancadilla" y me caigo al suelo. Cuando abro los ojos, tengo una cara de un chico demasiado cerca a la mía. Me mira con el ceño fruncido. Gira un poco la cabeza insepccionándome.
- Vaya, tu no eres Patrick -dice con toda su inteligencia.
Intento levantarme, pero el peso de su cuerpo me lo impide.
- Soy...
Oigo a alguien toser intencionadamente. Me giro para ver a un Peter enfadado.
- Soy Emily -completo-. Él es Peter, supongo que tú serás Dylan.
El chico se separa de mí y hasta me ayuda a levantarme.
- Sí, soy Dylan -responde con una sonrisa pícara.
Entonces es cuando dirige su mirada a Peter. Algo explota cuando sus miradas se conectan.
- ¿Es tu novio? -me pregunta alzando una ceja.
Niego enérgicamente. Ante la respuesta, suelta una carcajada.
- Menos mal, así no me aburriré en estos días -dice.
Me fijo en su cuerpo. Es un poco más bajo que Peter, tiene el pelo oscuro y unos ojos seductores. Se le notan los músculos bajo la escasa camiseta que lleva. Mi cuerpo se pone en tensión. "Una noche en una casa con dos chicos que... están bastante buenos" dice mi cabeza. Niego asustada ante mi pensamiento.
Me giro dispuesta a irme, con Peter pisándome los talones. Entonces una mano me coge por la muñeca y me hace girar hasta quedar pegada pecho con pecho. Alzo la mirada encontrándome con los ojos oscuros de Dylan.
- ¿De dónde eres, bebé? -pregunta casi en un susurro cogiéndome por la cintura- no pareces americana.
Me quedo de piedra.
- ¿Bebé? -pregunto atónita.
Asiente sonriendo. Me alejo de él con un empujón.
- No uses tus trucos de seducción conmigo, que no te van a servir -aclaro a la defensiva.
Entonces, en una décima de segundo se acerca y pone su boca en mi oído.
- ¿Seguro? -susurra.
Me estremezco. Noto como no me salen las palabras. Cierro los ojos intentando concentrarme. Al final lo consigo.
- De Inglaterra, soy de Inglaterra -respondo girándome.
Dylan asiente sonriendo, y me deja "libre". Arrastra una maleta y la deja al lado del sofá. Se tira con un suspiro y cerrando los ojos.
- Vete con tu enamorado, que seguro que está celoso o algo por el estilo -me dice Dylan.
Primero me quedo pensativa, pero luego empiezo a andar hacia la habitación en busca de Peter. No quiero que interprete mal las cosas. La puerta está cerrada. La abro poco a poco, y cuando entro, me encuentro con una espalda compuesta de músculos perfectos. Intento calmarme, pero mi respiración empieza a aumentar de velocidad. Peter se gira con el ceño fruncido.
- ¿Qué...? -preguntamos los dos a la vez.
Se acerca poco a poco, aún sin camiseta, consiguiendo que mi respiración vaya aún más rápido. Intento ocultarlo, pero de poco me sirve. Sigue acercándose.
ESTÁS LEYENDO
Me niego
Teen Fiction- Enamorarse es de idiotas -aclaro como si fuese obvio-. - Enamorarse no es de idiotas. Tener miedo es de idiotas. Y eso es lo único que tienes tú ahora. ¿Cuánto puede cambiar a una persona en un solo viaje?