14. Opuestos

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Que se haya recuperado en un día, le agrada a él. A mí no.


Miro el instituto soltando un suspiro. Me giro hacia Violet.

- ¿No podríais ponernos otro reto? -le pregunto.

Niega sonriente. Miro hacia mi izquierda encontrándome con Peter.

- ¿Vamos? -me dice ofreciéndome una mano- tan malo no debo ser, ¿no?

No es eso. Hay mil chicas que querrían estar ahora mismo en esta situación. Lo sé, no simplemente porque Violet lo haya mencionado, si no porque... bueno, es obvio. 

Solo hay que observarlo un poco: cada defecto en su personalidad, lo rectifica con algo bueno. Siendo como es, hace que no te fijes en nada malo que venga de él. No debería hacerlo. Entonces, ¿por qué soy yo así? 

Tan... apartada. 

No me siento afortunada. 

No, para nada. Eso es injusto para Peter. Si yo le gustase de verdad, hacer como si a mi él también....

Le cojo la mano resoplando.

- Vamos.

Su mano me llevará unos centímetros, no podría decir exactamente cuantos. Al lado de la suya, la mía parece de porcelana. La de él es mucho más fuerte, más firme...más masculina, a decir verdad. Lo que tiene que ser, supongo. 

Es reconfortante. No siento nada en especial cuando me la coge, no sé si él sí. Hablamos de algo a lo que no presto atención mientras entramos en el instituto, hasta que llegamos a la clase de Biología. Me fijo en cada mirada, cada comentario susurrado, cada mueca, cada.... persona. Nunca lo había hecho. Es impresionante el potencial que tiene la gente de criticar por curiosidad. 

Al final del día me queda bien claro que no soy nada al lado de Peter, que para nada debería estar "saliendo con él", que es imposible que a él le guste alguien como yo, y que será mejor que me pudra si todo es verdad. Perfecto. Optimismo a tope.

En todo el día, no tengo que acercarme más a Peter que cogerle la mano. La situación no ha requerido más. La verdad es que esperaba un par de insultos directos por parte de las "admiradoras" , pero la verdad es que se lo han tenido muy callado. Pero, cómo no, las miradas hablan lo que la voz no dice. Sonrío a Rose cuando me mira frunciendo el ceño. Al momento siguiente, le mando un papel a Peter. No pone absolutamente nada en él, pero ver la reacción de la chica hace que me ría un rato.

Cuando llegamos a casa, me tumbo en el sillón cerrando los ojos. Noto que alguien hace lo mismo. Miro a mi lado, y me sorprendo al encontrarme a Patrick tumbado. Me giro dándole la espalda.

- No me agrada mucho la presencia de un chico tan cerca -le digo.

Se oye una risa.

- Pues parece que la de Peter no te molesta en absoluto -responde.

Me encojo sobre mí misma. No respondo. Eso es verdad, no me molesta su presencia. Teniendo en cuenta cómo soy normalmente, debería hacerlo, pero...no.

- Anda, Patrick, cállate un rato -dice Peter tirándolo del sillón. Al instante, me estiro para que no pueda sentarse. 

No lo hace. Me mira frunciendo el ceño y luego va a la cocina.

**********

El sol se ha ido. Eso significa que ya es de noche. Miro la hora comprobándolo. He estado todo el día como una zombie, perdida en mis pensamientos, pero presente en la realidad. Entonces, es cuando Peter me coge por el borde de la camiseta y me lleva a la terraza. No hay sillas, así que, me siento en el borde de la barandilla. Sé que es peligroso, pero al menos será eso lo que me mantendrá centrada.

Me niegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora