Capitulo 12

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Días después mis padres vinieron por mí para ir de regreso a casa.

- ¡Elisa tus padres llegaron! - Me avisó mi abuela desde la planta baja.

Baje corriendo las escaleras y abrace a mi madre y después a mi padre.

- ¿Como estas Elisa? - Me pregunto mi madre.
- Muy bien, la abuela me ha enseñado a tocar el piano, ya se leer algunas notas, estoy muy feliz.
- Eso suena muy bien mi pequeña - Me abrazo mi padre.
- Tenemos que irnos Elisa, nos espera un largo viaje a casa - Me aviso mi madre.
- Quiero quedarme solo un rato más - Les pedí.
- No Elisa, ya vámonos.
- Papá, por favor...
- Quédense a comer, en un rato más estará lista la comida y podrán irse ¿Qué dicen?- Propuso mi abuela.
- Gracias suegra, aceptamos su invitación. Iremos al supermercado a comprar algunas cosas para acompañar la comida- Dijo mi papá.

Mi madre no estaba tan contenta, pero acepto solo por que mi abuela estaba presente.

- No tarden mucho que habrá una comida exquisita - Les dijo mi abuela.
- Claro mamá, llegaremos pronto.
- Adiós, Elisa - Me abrazo mi padre y me beso la frente.
- Adiós papá, no tardes.
- Bueno Elisa vamos a tu última lección de piano- Dijo mi abuela.

Me dirigí a ese bello instrumento lentamente y con tristeza al pensar que sería la última vez que estaría cerca de el.

- Ya te enseñe a leer las notas y a tocarlas, quiero que practiques esta canción.

Me dio una partitura, era "Para Elisa"

La canción no era fácil de tocar para una novata como yo, a veces me confundía al leer las notas. Me estrese tanto hasta que cerré los ojos para imaginar cómo Ludwig tocaba esa pieza.

De pronto estábamos en un salón enorme, con ropa de la época y él comenzó a tocar con toda la pasión del mundo esa canción.
Era perfecto, su interpretación era demasiado perfecta, algo imposible para un hombre imperfecto.
Sentí tantas emociones juntas en mi pecho, creí que jamás iba a poder tocar con tanta precisión y gracia, pero todo depende de mi y lo lograré. Estoy decidida a ser una pianista aun con mis impedimentos económicos, no sé como pero lo haré. No importa lo que digan los demás, no me importa que se burlen por mis gustos musicales.

Escuchar a Ludwig era perfecto y mirarlo aún más, porque el dejaba su corazón en el piano, su rostro se notaba muy concentrado y sus hábiles manos solo se movían de lado a lado, todo era hermoso hasta que mi abuela me sacó de mi fantasía.

- Elisa, no escucho Para Elisa.
- Perdón abuela, es que estoy pensando en que será mi última vez frente a un piano- Dije con tristeza.
- ¿Quién dijo eso mi niña?
- En un rato regresaré a mi vida normal, donde no hay piano ni dinero para tomar clases.
- Quería guardar esta sorpresa para más tarde, cuando tus padres estén presentes, sin embargo te la adelantaré- Mi abuela me entrego un sobre- Ahí tienes un poco de dinero, yo sé que no es suficiente para un piano como este, pero puedes empezar con un piano eléctrico y te sobra dinero para pagar tres meses de colegiatura en una escuela de música.
- Abuela...- Estaba tan sorprendida que no sabía que decir- Gracias abuela, por fin podré cumplir mi sueño y todo es gracias a ti- Las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos.
- Tienes mucho potencial, este es tu don, sin duda alguna.
- ¿Eso crees abuela?- Pregunté.
- Sí Elisa, sería un error desaprovechar tu talento.
- Gracias abuela por creer en mí, me esforzaré el doble para no defraudarte nunca.

Me senté en el piano e hice mi mayor esfuerzo para que las notas concordaran, pero era muy difícil para mi aun el coordinar mis manos.

- Recuerda que los limites los pones tú, concentraré y tocame solo la primera parte.

Suspire y relaje mis músculos.

- No leas la musica, escuchala y sientela con el corazón.

Eso fue lo que hice, la sentí en mi pecho y mi alma se inundo de miles de notas que encajaban con gracia. Mis manos eran lentas aún, pero después de varios intentos pude mejorar un poco. Al final lo logre, toque una parte sin equivocaciones.
- Felicidades, esa es mi nieta - Aplaudió mi abuela.
- ¿Lo hice bien?
- Más que bien para ser tu primera vez, Elisa yo sabia que podrías lograrlo.

- Señora - Interrumpió la criada, la cual se notaba muy preocupada - Tiene una llamada, es urgente.
- Ahora voy Olivia ¿Qué es tan urgente?

La alegría invadió mi corazón cuando toque por segunda vez la primera parte de la canción, me sentía lograda.

Cerré mis ojos y me encontré un mundo perfecto en el cual tocaba frente a Ludwig.
- Lo hiciste bien, seras una gran pianista - Me halago.
- No tanto como usted maestro, pero me esforzaré- Respondí.

¿Lograre ser una gran pianista? Al fin y al cabo solo soy una chica que sueña con Beethoven.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora