Capitulo 32

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- Mis padres...- Comencé a decir pero la criada me interrumpió.
- Ya está lista la comida, por favor bajen al comedor.

Mi abuela planeo un banquete fascinante para mis amigas y yo, había varios tipos de pasta, hamburguesas muy apetitosas y pizzas.

- Tus padres son fantásticos, han comprado todo lo que nos gusta- Dijo Rebeca.
- Sí, ellos son geniales- Afirmó María.

Derrepente se escuchó la puerta de la entrada, no le di importancia hasta que la vi frente a mí, mi madre estaba en casa.

- Mamá...
- Elisa, que sorpresa, no sabía que tenías amigas- Soltó una risa.
- ¿Usted es la mamá de Elisa?- Preguntó Rebeca.
- Sí, desafortunadamente- Todas voltearon a mirarme horrorizadas- ¿Qué? ¿No les haz dicho que eres huérfana?- Preguntó.
- Mamá, no sigas- Pedí.
- Elisa perdió a su padre en un accidente y yo decidí rehacer mi vida lejos de ella, ahora me dedico al modelaje y estoy saliendo con un empresario muy adinerado- Dijo con la cara en alto, como si fuera algo de lo que estuviera orgullosa- Y Elisa solo vive aquí del dinero de su abuela.
- ¿Y por qué decidió abandonar a su propia hija?- Pregunto María.
- Por que no me sirve para nada, no es bonita, no es talentosa, ni siquiera es inteligente, por eso decidí alejarme de ella.
- No la culpo, yo también haría lo mismo- Respondió María.
- Sí, yo también- Afirmó Melody.
- Yo no lo haría, eso es terrible ¿Cómo puede odiar una madre a la hija que tuvo en su vientre?- Pregunto Abril.
- ¡Hija! ¿Qué haces aquí?- Pregunto mi abuela sorprendida al entrar al comedor.
- Vine a dormir para estar en la comida familiar mañana y poder presumir a mis hermanos de lo bien que la estoy pasando, así que ahora me voy a mi habitación mamá- Se retiró.

No podía sentir más que vergüenza al mirar las caras de mis amigas así que me fui al baño a llorar a mares.

- Me odio ¿Por qué me tocó vivir esta vida tan horrible?

¿Qué pensarían mis compañeras de mi?

Nunca debí mentir, debí haber dicho la verdad para no quedar en ridículo como hoy, ahora todas me verán diferente.

Después de una hora decidí salir del baño e ir a mi habitación en donde estaban mis compañeras, antes de entrar escuché lo que platicaban.

- Con razón Elisa no es como nosotros, es solo una pobretona que se está aprovechando de la buena vida que su abuela puede darle- Rieron.
- Sí, es muy distinta- Dijo Rebeca- ¿Se han dado cuenta de que no sabe agarrar los cubiertos? Al principio pensé que era un descuido pero la verdad es que no sabe, no la educaron bien- Me dolió mucho escuchar eso.
- ¿Y qué tal si tiene piojos?- Pregunto María
- ¡Qué asco!- Gritaron todas.

Salí corriendo a a calle sin rumbo fijo y llorando a mares hasta que por casualidad llegue al cementerio en donde estaba mi padre. Busque su lápida y me arrodille frente a él.

- ¿Papá? Papá ¿Me escuchas?- Pregunté llorando- Hoy fue horrible, mis amigas se burlaron de mi porque se enteraron de mi origen, estoy destrozada, no quiero volver. Mi madre me hizo tanto daño ¿Por qué no me quiere? Yo la amo papá, pero no puedo soportar que me haga esto, se siente horrible.
- Hija, lamento que por causa de tu madre estés pasando por esto- Escuché su voz.
- Papá, te extraño- Llore aún más fuerte.
- Ven deja que te abrace- Me acerque y lo abrace aunque estaba helado.
- Papá ¿Por qué me dejaste sola?- Pregunté.
- No fue algo que yo quisiera hacer, si por mí fuera me habría quedado toda la vida contigo, a tu lado para ver cómo superas cada obstáculo y como triunfas en esta vida- Me acarició el cabello tiernamente.
- Extraño cuando nos sentábamos en el sillón a escuchar rock, yo te abrazaba y tu acariciabas mi cabello justo como lo haces ahora.
- Y tú cerrabas los ojos y te quedabas dormida, justo como ahora lo estás haciendo.
- Sí, dormiré un poco para olvidar lo que pasó hoy.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora