Capítulo 28

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Mi madre se veía hermosa, tenía puesto un vestido rojo de encaje y unos tacones azules que la hacían ver preciosa. Quería correr a abrazarla pero me contuve al ver que me miraba con desprecio.
- ¿Qué haces aquí, hija? ¿Ya vas a regresar? - Pregunto mi abuela.
- No mamá, no voy a regresar, yo solo vine por unas cosas que había olvidado pero ya estoy apunto de irme.
- Quédate a cenar hija, no te vayas tan rapido- Le pidió mi abuela.
- No mamá, en serio que tengo que irme- Respondio- Veo que le compraste ropa a Elisa, qué bueno que tú si le das la vida que Erick no pudo darnos a nosotras.
- Aunque le de la mejor vida a tu hija, aún así le faltas tú. Vuelve, ella te necesita ¡Es tu hija! ¡Es tu sangre!
- Mamá, a mi no me importa es niña horrenda, créeme que ahora sí estoy disfrutando de mi vida y no tengo tiempo para una distracción así, ahora sí me voy mamá, que tengas linda noche.

Mi madre agarro su bolsa y se dirigió a la puerta, sin embargo se detuvo antes de salir.

- Elisa, recuerda "Aunque la mona se vista de seda, moda se queda"- Se rió y se fue.

Mi corazón se partió en mil pedazos y me eché a llorar.

- Mamá, yo te necesito- Dije sin que ella me escuchará porque ya se había ido.
- Elisa- Dijo mi abuela con su voz entre cortada.
- ¿Por qué no me quiere? Yo la amo, es mi madre...- Pregunté mientras lloraba a mares.
- No llores pequeña, veras que un día ella se arrepentirá de todo el daño que te ha causado, mientras tanto tú debes ser muy fuerte- Me abrazo.
- Lo estoy intentando abuela pero no sabes lo que se siente- Dije.
- Sí lo sé, Elisa. Cuando yo tenía tu edad mis padres eran muy pobres, decían que nunca debí de haber nacido porque era mujer y ellos querían tener únicamente varones para que trabajarán y los sacaran de pobres. Mi madre al tenerme ya no pudo volver a embarazarse así que descargaron toda su furia conmigo. Nunca supe lo que era un abrazo, un beso o unas palabras de ánimo de parte de ellos, incluso me daban solo una vez al día de comer, decían que tenía que mantenerme delgada para ser hermosa y que alguien rico se fijara en mí. Con el tiempo entre a trabajar en varios lugares hasta que llegue a una cafetería exclusiva y ahí fue donde conocí a tu abuelo. El todas las mañanas iba a tomar un café para poder verme y conversar, aunque al principio no nos entendíamos bien ya que no hablaba bien el idioma. Él y yo tuvimos varias citas a escondidas hasta que un día mis padres se enteraron y me dijeron que tenía que casarme con él porque era un extranjero con mucho dinero y nos sacaría de pobres, sin embargo él se fue del país a los pocos días, por lo tanto mis padres se enojaron muchísimo y me golpearon horriblemente, después me sacaron de la casa y viví un tiempo con la dueña de la cafetería. Tiempo después tu abuelo regreso y aunque sus padres se opusieron porque yo era de otro país y pobre, el me pidió que me casará con él. Recuerdo cuando fuimos a avisarle a mis padres, ellos creían que él se iría de nuevo y que me abandonaría, no aprobaron nuestra relación y casi me golpean. Antes de salir de mi casa les dije: "Olvidense de que algún día tuvieron una hija" y desde ahí nunca volví a verlos.
La historia de mi abuela me impacto profundamente.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora