Capítulo 99

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Ryan Pov's

Al despertar miré un techo blanco, estaba recostado. Por un segundo pense que estaba en el hospital pero no habían máquinas a mi alrededor.

- ¿Donde estoy?- Me pregunté.

Me levanté de aquella cama y comencé a recorrer la habitación. Al acercarme a un ventanal miré un río a una distancia muy corta además de varios árboles frutales. Se veía muy hermoso.

Me sente junto al ventanal para contemplar la vista y pensar que había pasado. Lo último que recordaba era estar en una camilla de hospital y hablar con mi pequeña Elizabeth ¿Acaso había sobrevivido y ahora me encontraba en un lugar diferente? ¿Donde estaba mi familia? Moría de ganas de darle un abrazo a Elizabeth.

- ¿Ryan?- Escuché una voz desde afuera de la habitación.

Me resultaba muy familiar aquella voz sin embargo no podía distinguir de quien se trataba.

- ¿Sí? ¿Quién eres? ¿Qué estoy haciendo aquí?- Pregunté.
- Ryan...

La puerta se abrió y cuando mire de quién se trataba me quedé boquiabierto. No podía creerlo.

- Ryan...- Volvió a decir mirándome a los ojos.
- Elisa- Susurré.

Ella corrió hacia mí y nos abrazamos fuertemente.

- Elisa, Elisa- Dije mientras la abrazaba y las lágrimas salían de mis ojos.
- Mi amor... Ryan, te extrañe mucho- Dijo ella.

No quería soltarla, no de nuevo.

- Yo también te extrañe mi amor- Respondí.

No sabía que más decir, me sentía muy confundido, pero pese a todo estaba rebosante de alegría porque estaba con el amor de mi vida.

- Pareciera que estuve una eternidad sin ti- Dijo Elisa.
- ¿En dónde estamos?- Le pregunté al separarme de su abrazo- ¿Esto es el cielo o es infierno?
- Ni uno ni otro- Ella rió.
- ¿Es un sueño?- Pregunté.
- No Ryan, no es un sueño, está es la realidad y ahora podremos pasar nuestra vida juntos- Sonrió.
- Nunca deje de amarte Elisa, nunca fue posible para mí olvidarte, te recordé cada día y cada noche deseando que estuvieras conmigo a mi lado.
- Ahora estamos juntos Ryan.

En la habitación había un espejo, me observé y después la miré a ella.

- ¿Aún me amas?- Pregunté.
- Claro, nunca he dejado de amarte.
- Ya no soy el guapo y joven Ryan, he envejecido- Dije.
- Pero la persona que eres en el interior, esa no ha cambiado para nada, sigues siendo ese chico del cual me enamoré perdidamente- Respondió.
- Tu no haz cambiado nada.

Contemple su rostro, se miraba igual a la última vez que la ví. Sus ojos verdes seguían viéndose igual, su nariz era perfecta al igual que sus labios y su cabello el cual caía como cascada en su espalda.

- Tengo que presentarte a alguien- Elisa sonrió y me tomo de la mano.

Salimos de aquella pequeña casa y cruzamos el río pasando un pequeño puente de madera. Al cruzar mire una hermosa casa de madera. Elisa tocó y al poco tiempo un señor salió a recibirnos.

- Ryan, te presento a mi papá, Erick.
- Así que tú eres Ryan, mi hija me ha contado muchas cosas positivas de ti- Sonrió.
- Señor Montiel, es un gusto conocerlo.
- El gusto es mío, gracias por cuidar a Elisa el tiempo que no estuve para ella- Me abrazo.

Tuvimos una charla muy agradable mientras que Elisa nunca dejaba de tomarme la mano. No queríamos separarnos ni un minuto.

Al llegar la noche regresamos a la pequeña casa de Elisa y nos recostamos juntos. Era perfecto estar a su lado.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora