Capítulo 54

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Al día siguiente fui junto con Abril a buscar mi vestido de novia.

- ¿Estás segura de lo que vas a hacer?- Me preguntó.
- Si, claro...- Respondí- Sabes que Erick es un hombre maravilloso y ha sido muy bueno conmigo.
- Sí, lo sé pero antes no te mirabas tan convencida de ser su esposa y ahora me sorprendes diciéndome que te casas en un mes.
- ¿Para que esperar?
- Está bien, si tú lo quieres así lo respeto- Me sonrió.

Con cada vestido de novia que me probaba me sentía mal, tenía el corazón roto y estaba decepcionada de mi misma. No quería ni imaginar cómo se había sentido Ryan con todo lo que había pasado ayer, pero tampoco me atrevía a buscarlo.

Elegí el vestido más caro que había en la tienda, con encaje en las mangas y escote de corazón además de pedrería en toda la parte superior. Era un corte sirena muy lujoso y espectacular, me sentía bonita pero no feliz.

Los planes de la boda me hicieron cancelar varias presentaciones que tenía, incluso me perdí un viaje a Vienna para interpretar varias canciones de Beethoven. Todo por la estúpida boda.

El tiempo comenzó a volar y mi abuela cada vez estaba más feliz con los preparativos. Ella elegía todo por mi.
Tal como Erick me había ordenado fui a pintarme el cabello, de nuevo era castaño y lacio. Me sentía tan mal porque no podía ser lo que yo era realmente. Al salir del salón de belleza, decidí caminar y caminar hasta que anocheció.

Todo estaba perdido para mí, no dejaba de culparme y de pensar en lo cobarde que era.

- ¡Elisa!- Escuché la voz de Abril.
- Abril- La saludé.

Ella estaba comiendo en el negocio de Ryan. Ni siquiera me había dado cuenta de a donde había caminado.

- ¿Qué tal van los planes?- Preguntó.
- Todo va bien- Respondí.
- No puedo creer que falte solo dos semanas para que te cases, el tiempo se me ha pasado tan rápido y estoy tan feliz por ti- Dijo y le sonreí.

Fue entonces cuando mis ojos se encontraron con los de Ryan, me daba vergüenza que me mirará.

- Decidí esperar a decirte pero... Ryan y yo estamos saliendo- Confesó y eso me rompió el corazón.
- Felicidades, me alegro por ustedes- Sonreí falsamente.
- Gracias Elisa- Agradeció Ryan.
- Bueno, debo irme ya sino mis padres me van a matar- Abril se despidió de ambos y beso a Ryan.

Sentí que me hervía la sangre sin embargo todo era culpa mía.

- Vaya, hasta tu cabello lo haz cambiado- Dijo Ryan.
- Sí, creo que el cabello de arcoiris no era apropiado para mí.
- ¿Eso fue lo que te dijo Erick?- Preguntó, pero no respondí- Nunca serás feliz, no te deja ser y que resplandezca la luz que tienes en el interior.
- Prefiero mi cabello así- Respondí.
- No hablo solo del cabello, también me refiero a los conciertos que haz cancelado y las oportunidades que haz tenido que rechazar.
- Él nunca me ha obligado a hacerlo, sí los cancele fue por mi misma- Me defendí.
- Si fueras mi prometida no te habría dejado que cancelaras, antes de casarte tienes que vivir tu vida.
- Viviré todo junto a él.
- Está bien, espero que algún día lo ames.
- ¿Por qué estás saliendo con Abril?- Pregunté celosa.
- Soy un hombre soltero, puedo salir con quién yo quiera- Respondió.
- Pero... ¿No te gustaba yo?
- Sí, me gustabas hasta que me di cuenta de lo cobarde que eres, ni siquiera puedes decidir por ti misma- Dijo enojado.
- Ryan... Perdóname por favor- Pedí sinceramente mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas.
- No creo en esas lágrimas falsas, seguramente lo elegiste a él por su dinero.
- En verdad estoy arrepentida, perdóname, por favor... Sólo podré ser feliz contigo, tú eres el hombre que amo- Hice una pausa- Te amo Ryan- Confesé.

Su semblante cambio, sus ojos brillaron al escuchar eso, y yo sentí que un gran peso se me había quitado de encima, al fin había dicho lo que sentía por Ryan.

- Elisa, lo reconsideraré si en verdad me demuestras que me amas.
- Lo haré, créeme.

Me fui a casa, sintiéndome aliviada, sin embargo el terror me inundó cuando pensé en lo que debía hacer.

- No seas tonta Elisa- Escuché una voz.
- ¿Qué?
- No seas tonta, Ryan te hará feliz, eres feliz cuando estás con él, no tienes ni que pensar ¡Solo termina con Erick!- Ludwig me gritó.
- No es tan fácil.

De pronto escuché como mi puerta se abría lentamente.

- Hola Elisa...- Me saludo.
- ¿Mamá?

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora