Capítulo 59

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Me sorprendí al mirar que mi madre era quien se estaba oponiendo a que me casará.

- Antonella- Dijo Erick.
- No puedes casarte- Dijo mi mamá mirandolo.
- ¿Por qué no?- Preguntó sin tener una respuesta- ¿Por qué no puedo casarme?
- Porque le fuiste infiel a mi hija mientras estuvo en el hospital- Respondió.
- ¿Me fuiste infiel?- Le pregunté ofendida.
- No, Elisa, no sé de qué habla tú mamá- Respondió.
- Dile Erick- Insistió mi mamá- Dile la verdad.
- Antonella, por favor- Erick intento calmarla.
- Dime la verdad- Le pedí.
- Sí, dile la verdad frente a todas estas personas- Insistió.
- Elisa...- Comenzó a decir Erick.
- Elisa, Erick y yo estuvimos juntos mientras tú estabas en el hospital- Dijo mi mamá.
- ¿Qué?- Pregunté impactada.

Erick me había sido infiel con mi propia madre ¿Qué significaba esto? ¿Cómo había pasado?

- De ninguna manera me casaré contigo Erick- Dije y me quite mi anillo de compromiso.

Sentí un gran peso quitarse de mi espalda, era libre al fin.

- No vale la pena que lo intentemos- Me quite el velo y me deshice el peinado- Mejor vete con mi mamá tal como lo hiciste cuando estuve en el hospital al intentar suicidarme por pensar en lo terrible que sería mi vida a tu lado, alguien que nunca he amado- Dije por fin.
- ¿Nunca me amaste?- Pregunto- Solo querías casarte conmigo por mi dinero ¿Verdad?
- El dinero es lo de menos- Respondí quitándome los pendientes- El dinero no me importa, yo crecí sin él, sin embargo tú jugaste conmigo al besarme cuando tenía doce años.

Al decir esto todos se sorprendieron y comenzaron a murmurar.

- Vámonos Elisa- Dijo Ryan acercándose a mi.
- ¿Te vas a ir con este pobreton?- Preguntó Erick.
- Sí- Respondí mirándolo a los ojos- Así puedes estar seguro de que no estaba contigo por tu dinero.
- ¡Elisa! ¡Te prohibo que te vayas con él!- Gritó mi abuela.
- Yo amo a Ryan, y a partir de hoy me he sacudido todos los miedos, incluso en miedo a desagradarte abuela- La mire fijamente- Te agradezco por todo lo que haz hecho por mí, pero no vas a decidir por mí.
- ¿Ah sí? Entonces nunca más te reconoceré como mi nieta, te desheredare ¡No quiero volver a verte!- Gritó.
- Está bien, sí así lo quieres- Respondí.

Mire a Ryan, él tenía una gran sonrisa en su rostro al igual que yo. Tome su mano y salimos corriendo.

Ryan y yo permanecimos en silencio hasta llegar a un parque.

- Fuiste valiente Elisa- Dijo él.
- Supongo... Pero todo este tiempo estuve rompiendo tu corazón y no me siento orgullosa de eso- Respondí.
- Estaba muy preocupado por ti, pensé que te casarias con él y me dio miedo ya que dijiste que no lo amabas, no quería que fueras infeliz el resto de tu vida- Acarició mi cabello- Yo realmente te amo, Elisa.
- Yo también te amo- Lo besé.

Sí, aquel beso sellaba nuestro amor. No quería separarme de él nunca más, no quería arriesgar mi felicidad de nuevo.

- Elisa ¿Qué vas a hacer?- Preguntó.
- No lo sé aún, no puedo volver a casa de mi abuela ¿Puedo quedarme contigo?- Pregunté mirándolo coquetamente.
- No puedes quedarte conmigo, Elisa- Respondio.
- ¿Por qué? Cierto... Estás saliendo con Abril- Recordé y mi corazón se rompió.
- No estoy saliendo con ella, lo dijimos para causarte celos y ver si dejabas a Erick- Confesó.
- ¿En serio?- Pregunté ofendida- ¿Entonces por qué no puedo quedarme contigo?
- Por qué no tengo nada que ofrecerte- Respondió cabizbajo.
- Sabes que no me importa eso- Tomé su mano.
- Mi departamento no tiene grandes comodidades- Dijo.
- Yo crecí sin dinero y puedo seguir así.
- Bien, entonces vamos- Ryan me llevo a su departamento- Este lugar es lo único que tengo. Cuando cumplí 18 años mi mamá me heredó este lugar, es grande pero no tiene muchas cosas- Me explicó.

La fachada era bonita, y era cierto lo que había dicho, en el interior casi no habían muebles, sin embargo se sentía acogedor.

- Quiero enseñarte otra cosa que mi madre me regaló cuando cumplí la mayoría de edad- Dijo y entró en una habitación.

Mire detenidamente los cuadros que habían en la pared, eran preciosos, coloridos e inspiradores, me habían encantado además de que tenían la firma de "Ryan Fischer"

- ¿Eres pintor?- Pregunté cuando volvió.
- Eso intento- Respondió.
- Tus cuadros son preciosos- Lo halague.
- Gracias, Elisa- Me beso en la mejilla-  Este es el regalo de mi madre.

Ryan abrió una caja la cual contenía un gran diamante.

- Ryan, es impresionante ¡Es precioso!
- Mi mamá dijo que era bueno invertir el dinero en cosas así ya que algún día podría ocuparlo- Me explicó- Estoy por venderlo a un coleccionista de joyas.
- ¿Qué harás con el dinero?- Pregunté.
- Cumplir mi sueño- Respondió.
- ¿Cuál es tu sueño?
- Te lo diré cuando esté por cumplirlo- Sonrió- Bien Elisa, creo que es hora que te quites ese gran vestido de novia- Dijo.
- Sí, es cierto...
- Tengo un poco de ropa de Rebeca aquí, ella a veces viene a quedarse, puedes usarla si gustas.
- Está bien, gracias- Agradecí- ¿Cómo está tu hermana?- Pregunté.
- Muy bien... Y su hija también- Contestó.
- ¿Tiene una hija?- Pregunté sorprendida mientras buscaba la ropa.
- Sí, acaba de nacer esta mañana- Respondió- Iba a ir en la noche a conocer a mi sobrina.
- ¿Puedo acompañarte?
- Sí, claro, cambiate y vamos.
- Necesitaré tu ayuda para quitarme este vestido- Dije.
- Claro, con gusto.

Ryan me ayudó a quitarme el vestido, me sentía expuesta ante él.

- ¿Por qué te sonrojas?- Preguntó.
- Por qué me estas mirando en ropa interior- Respondí.
- Eres muy hermosa Elisa, siéntete orgullosa de quién eres- Dijo y salió de la habitación.

Me puse un vestido azul entallado y salí de la habitación.

- Bien, vamos.
- Con todo te ves hermosa.

Salimos del departamento y subimos a la motocicleta de Ryan ¿Lo mejor de eso? Abrazarlo en todo el camino.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora