Capítulo 30

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Rebeca y yo decidimos acostarnos en el jardín mientras mirabamos al perro de mi abuela corríendo de un lado a otro.

— ¿Alguna vez has tenido novio, Elisa? —Pregunto curiosa.
—No, nunca ¿Y tú?
— Sí, pero no es lo que esperaba, pensé que sería diferente.
- ¿Diferente?
- Sí, creí que estaríamos todo el día juntos, que jugariamos a escondernos, que comeriamos mucho helado, pero no fue así, casi ni nos hablabamos. Pensé que sería como en los cuentos, que él sería un príncipe y yo su princesa- Explicó.
- Rebeca, los niños son unos inmaduros, no creo que sepan lo que es ser un verdadero principe.
- ¿Tu ya encontraste a tu príncipe?- Me preguntó.

Inmediatamente a mi cabeza llegaron los recuerdos de las veces que ví a su hermano, Ryan. La vez que lo observé en esa tienda de rock, cuando lo vi en su casa y tiré el agua por los nervios, la vez que me regaló una paleta y me encaminó a mi casa y claro, la vez que caí frente a él y me llamo tonta.

- Creí haber encontrado a mi príncipe, pero creo que fue una falsa alarma- Sonreí.
- Hablando de otra cosa, mi mamá había organizado una comida para invitar a varias compañeras de la escuela, estoy triste porque ahora no podré hacerla.
- Quizás podamos hacerla en la casa, solo tengo que pedirle permiso a mi abuela.
- ¡Es una estupenda idea! Vamos ahora mismo- Rebeca me tomo del brazo recorriendo toda la casa hasta que por fin encontramos a la abuela- Elisa tiene algo que decirle- Dijo Rebeca.
- ¿Qué tienes que decirme, mi niña?- Preguntó curiosa.
- Bueno quiero invitar a mis amigas del colegio para comer.
- ¡Sí, y también hacer una pijamada!- Exclamó Rebeca muy emocionada.
- Eso sería fantástico, mi niña. Claro que podremos hacerlo, invita a tus amiga para que vengan mañana y se queden a dormir- Dijo mi abuela entusiasmada.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora