Capítulo 2

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Capítulo 2: Editado/Corregido.

Miré el bosque delante de mi, los árboles frondosos y altos provocaban una sombra en el suelo que le daban un aire oscuro y aterrador.
Sabía lo que era ese lugar por mi padre. Él nos había mostrado un mapa de la ciudad en donde nos indicó donde se encontraba cada manada o clan de cazadores y frente a mí se encontraba el más grande clan de cazadores en el mundo y por suerte el único en la ciudad.
Entrar allí era un suicidio asegurado, pero ¿Y si mi mate está en peligro?
Estaba entre arriesgar mi vida por mi mate o irme de allí. Pero claro, lo segundo no era opción.
Respire ondo antes de ocultar mi aroma y entrar en el bosque. Usé mi velocidad vampirica mientras me ocultaba entre los árboles y seguía su olor.
A cada paso el aroma se hacia más fuerte y mi corazón se aceleraba más hasta que lo encontré y mi corazón pareció pararce por un segundo para luego bombear sangre con mucha más rapidez dificultandome la respiración.
Me oculte atrás del tronco grueso de un árbol y lo miré desde allí buscando alguna posible amenaza pero me sorprendí cuando lo vi con un arma apuntando a un blanco que se encontraba lo bastante lejos de él como para que un simple humano lo viera pero yo lo podía  ver perfectamente. A los cinco  segundos se escuchó el disparo; le había dado junto en el blanco.
Sus labios se curvaron en una sonrisa de suficiencia y en sus ojos grises pude ver un brillo malvado, guardó el arma en su pantalón.
Su brazo derecho estaba tatuado con líneas curvas que formaban un patrón, su cabello era de un negro azabache precioso y su cuerpo estaba perfectamente marcado.
Me quedé embobado mirando lo unos segundos hasta que me di cuenta de lo que pasaba... es un cazador.
Mis ojos se abrieron como platos, debía haber un error; ese hombre no podía ser mi mate.
Me dispuse a irme, no podía quedarme allí por más que quisiese, si aquel hombre se daba cuenta de mi presencia me atraparia y de seguro me mataría sin piedad alguna.
Quite mi mirada del peli-negro y mire a mi alrededor asegurandome que todo estuviera despejado para poder irme sin problema y al ver que así era volví mi mirada al chico; pero el ya no estaba.
—No te muevas. — Sentí un pequeña presión en mi cabeza. Sabía que era él y no había que ser muy inteligente para saber que me estaba apuntando con su arma.
Levanté las manos en forma de rendición sin saber muy bien que hacer.
—Vendrás conmigo. —La presión se había ido, eso me dio luz verde para saber que había bajado el arma y en un rápido momento le di una patada a su pierna derecha logrando que cayera al suelo. , justo en el momento en el que el cuerpo de mi mate toco el suelo, sonó una alarma, mire a ambos lados y unos cinco cazadores venían.
Suspire profundo y deje que mis ojos se volvieran rojos para que después todos quedarán suspendidos en el tiempo. Sonreí y me agache para dejar un beso en la mejilla de mi mate, luego me apure a salir de allí sabiendo que eso tan sólo duraría dos minutos más.
Dos minutos que fueron el tiempo exacto para llegar a las afueras del bosque y montarme en mi moto antes de que se escuchará otra alarma y muchos más pasos viniendo en mi dirección.
***
—Hija ¿Sucedió algo? —Preguntó mi mamá cuando me vio entrar por la puerta más que seria.
La mire un segundo y traté de sonreír antes de negar con la cabeza. Aún no podía creer que mi mate fuese un cazador.
—No puedes engañarme a mi, Renata, sé que algo te pasa. —Suspire. ¡Dios! ¿Cómo podía mentir a mi madre cuando me miraba así?
—Encontré a mi mate. —Susurre estando segura de que ella lo escucharía.
—¿Pero?...
—Es un cazador mamá. —Mi voz se quebró justo cuando sus ojos se ampliaron por la sorpresa. —La persona que se supone tiene que amarme por siempre es la misma que busca mi destrucción y la de todo el mundo sobrenatural. —Solté el aire que había retenido tratando de no soltar las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos pero todos mis esfuerzo se fueron cuando sentí los brazos de mamá a mi alrededor.
—Shh,  todo va a estar bien cariño.
Oculte mi rostro en su cuello mientras dejaba que mis lágrimas mojaran su blusa y la abracé también. En este momento me sentía como cuando era pequeña; mamá siempre hacia lo mismo cuando me caía y lloraba, y luego me ayudaba a levantarme.
***
Al día siguiente volví al colegio sin muchas ganas, no hacía falta que mis padres me digeran que no debía acercarme al chico de ojos grices; eso ya lo sabía pero iba a ser tan difícil...
Caminé con la cabeza gacha al instituto pero me detuve enseguida cuando sentí olor a café y chocolate. Él está aquí.

Enemigo. Editando/CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora