Capítulo 3

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Capítulo 3: Editado/Corregido.

Por instinto oculte mi olor y caminé fingiendo que nada pasaba a la entrada del Instituto.
Lo último que quería era morir y si el se enteraba que era una licántropo, mi muerte estaría asegurada. Pero ¡Que difícil era no ir hacia él! 
Mi loba luchaba por tomar el control e ir por él pero yo no podía dejar que eso pasara. Estaba usando todo de mi para que ella no pudiera salir; para que no hiciera una tontería.
En cuanto llegué al casillero abrí la puerta del mismo con la intención de sacar mis libros pero este se cerró bruscamente dejándome ver la mano del que lo había cerrado de esa forma.
—Quiero hablar contigo. —Dijo atrás de mí haciéndome temblar un momento pero debía ser fuerte y sacármelo de encima.
—No hablo con desconocidos, lo siento. —Intenté pasar por su lado pero su cuerpo se interpuso en mi camino.
Tome aire y lo solté lentamente tratando de calmarme y parecer normal pero ¡Dios! Los latidos rápidos de mi corazón me delataban.
—No podrás escapar de mí lobita, sé lo que eres. — Su sonrisa de suficiencia apareció en su rostro haciendo que mi respiración se cortara por el miedo pero no iba a dejar que él se saliera con la suya tan fácilmente.
—¿Que quieres? —Deje salir un gruñido tratando de verme más intimidante pero él sólo río y sentí como una pequeña chispa de ira pasaba por mi cuerpo. Odio que se rían de mí.
—Matarte aquí mismo, pero creo que seria mejor si hablamos primero. —Asentí y lo seguí afuera del instituto en donde enseguida me golpee mentalmente al ver que no había nadie. Sin testigos; un lugar perfecto para acabar con mi existencia.
—Habla. —Ordene mientras apoyaba mi espalda sobre una de las paredes del instituto y me cruzaba de brazos.
Bufe al ver como la sonrisa de superioridad se alzaba de nuevo adornando su rostro.
—¿Porqué me espiabas? ¿Acaso no sabes que eso puede traerte muchos problemas?
—Me estas confundiendo con alguien más, amigo. Yo no te he visto nunca en mi vida y creo que es mejor que me vaya. — Su sonrisa se borró cuando mi espalda se despegó de la pared y de nuevo volvió a bloquearme el paso.
—No soy tu amigo. Te vi detrás del árbol mirándome —Dio un paso hacia mí luciendo amenazante pero no me daba miedo. El no podría darme miedo. —Así que es mejor que me respondas con la verdad antes de que te mate. ¿A que manada perteneces y porqué me estabas espiando?  —Repitió las preguntas pero esta vez yo sólo sonreí y alce la mirada mostrando mi orgullo.
—A mí no me amenazas, no sabes con quien estas hablando así que mejor quítate de mi camino si no quieres que te quite con una patada en el culo. —Gruño y luego impactó mi cuerpo contra la pared tomando me del cuello y apretando para que no pudiese respirar pero tampoco lo necesitaba al ser mitad vampiro.
—O me respondes o te mato, tú eliges, después de todo ambas me benefician. —Su voz sonó mucho más gruesa y sus ojos grises de tornaron un poco mas oscuro.
Su rostro estaba tan cerca del mío que su respiración chocaba contra mi piel logrando descontrolarme y en un descuido mis ojos se oscurecieron nublando mi mente. Ya no era yo quien tenía el control y en un rápido movimiento me zafe de su agarre cambiando de posiciones; ahora era el quien estaba contra la pared y yo lo sostenía de sus muñecas con algo de fuerza inmovilizándolo. Antes de que pudiera reaccionar mis labios estaban sobre los suyos moviéndose bruscamente.
No me respondió en un principio pero cuando se dejó llevar solté sus muñecas y lleve mis manos a sus hombros sosteniéndolo de allí. Él tomó mi cintura atrayéndome más hacia su cuerpo pero no pasó mucho cuando de repente me empujó logrando que cayera sentada en el suelo y lo mirará por un momento perdida.
—¿Qu.que hiciste? —Sus respiración estaba agitada por el beso y sus labios algo hinchados y más rosados de lo normal. —¡¿Porqué me besaste?!
Limpié la tierra de mi ropa y me di media vuelta dispuesta a irme y fingir que nada de eso había pasado pero no logré dar ni un sólo pasó cuando el peli-negro me agarró bruscamente del brazo y me giró quedando frente a frente.
Su ceño estaba fruncido y sus ojos parecían estar completamente negros. Me miraba enojado pero sin embargo no dijo nada más y su mirada volvió a dirigirse a mis labios. Sonreí y en la mínima oportunidad me zafé de su agarre y salí de allí a mi velocidad vampírica.
***
Subí a mi habitación por el balcón y luego asegure todas las puertas, cerré las cortinas dejando el cuarto casi a oscuras y me tumbe en la cama.
Inconscientemente mi mano se fue a mi labios y recordé de nuevo el beso.
Suspire, parecía una tonta enamorada.
No me arrepiento del beso pues puede ser el primero y el último.
Presentía que lo iba a volver a ver pero eso tal vez no sería nada bueno, y de seguro ahora le había dicho a todo su clan sobre mí y me darían caza.

Enemigo. Editando/CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora