Enemigo. Editando/Corrigiendo

Capitulo 27

Isaac...
Era un nuevo día, hoy comenzarían con las pruebas de Renata. Ella se convertiría en nuestro conejillo de indias.
Tratamos de descubrí una forma de matar a los híbridos y que mejor forma de descubrirlo que usando a la primera híbrida. 
Esto ya lo habíamos planeado desde que nos enteramos de la existencia de los híbridos, nuestro nuevo enemigo.
Era bastante obvio que nuestras armas no servirían del todo con ellos, es por eso que cuando nos me entere de que Renata era mi mate planeamos todo esto, ingenioso, lo se.
Cada beso, cada caricia, cada te quiero o te amo estaba fríamente calculado excepto lo que paso la noche en la que Renata se entrego a mi. Pero a pesar de eso, todo salio bien. 
Ahora me dirijo al cuarto en donde aran las pruebas. Ciertamente tenía algo de miedo y angustia pero no sabia el motivo, decidí ignorar esos sentimientos y entrar al cuarto. Este era de color blanco a excepción por los controles, que controlaban las maquinas y demás, estos era plateados y negros.
Había un gran cristal en frente de nosotros que nos permitía ver al sujeto y observar sus actitudes durante el proceso de todo esto.
Por una de las puertas dos hombre arrastraron a Renata hasta una silla, la sentaron y aprisionaron sus manos y pies con una cadena, de plata, lo bastante gruesa para que no pudiera romperla.
-bien Renata, empezaremos por ver tu resistencia al dolor.- Hablo mi padre por un micrófono. Ella le lanzo una mirada de odio que solo provocó que mi padre riera.
El le hizo una seña a una mujer para que encendiera los choques eléctricos.
-primer nivel.- Dijo la pelirroja. Una especies de cosquillas recorrieron mi cuerpo. Renata solo sonrió.
-¿es todo lo que tienen?
-oh, no comas ansias querida. Nivel cinco Catherine.- La chica subió la palanquita.
-nivel cinco, señor.- la corriente que antes había recorrido mi cuerpo se hizo mas fuerte mientras Renata seguía sin dar señales de dolor.
-vamos, eso no duele
-nivel diez.
-si señor.- Apreté los dientes tratando de disimular el dolor que recorría mi cuerpo mientras ella solo sonreía con burla.
-doce.- me apoye en la pared. Esta vez Renata arrugó un poco la nariz.
-quince.-apretó los puños. Mi padre gruño al ver que no provocaba nada en ella. -veinte.
-pero, señor
-solo hazlo.- ordeno, Catherine asintió.
Tan pronto subió la palanca caí de rodillas al suelo, gritando. El nivel veinte era el mas fuerte. -Para.- Lo escuche decir y a los poco segundos el dolor desapareció, me sentía demasiado débil, el cosquilleo, algo fuerte, aun recorría mi cuerpo. -Isaac, ¿Estas bien?.- Solo pude asentir con la cabeza. Mire a Renata, ella me sonrió y me guiño un ojo.
-Si yo caigo al infierno tu caes conmigo. -Escuche su voz en mi cabeza, fruncí el ceño, ¿Que es lo que me pasa?.
-¿Que me has echo pregunte?.-Mi padre me miro confundido pero no le tome importancia.
-Ya te lo había dicho, tu sentirás lo que yo.-En ese momento los guardias de hace un rato libraron sus manos y pies para volver a arrastrarla hasta su celda.
P.D.V de Renata.
Ya habían pasado tres horas desde que me electrocutaron y ahora estoy de vuelta en esta celda, encadenada y con un horrible olor a humedad.
Mis sentidos se ponen alerta al sentir un olor desconocidos, era tan parecido al... Al olor que tenia Isaac cuando vino ayer.
La puerta se abrió dejando ver a una chica  de cabello entrar por ella.
-tu debes de ser... Renata ¿verdad?.
-oh, disculpa pero yo no hablo con zorras así que puedes dar la vuelta.- Le sonreí, ella solo bufo
-Soy Lorena.- Se presento.
-¿Te pregunte?
-Mira perra de cuarta, ya se me esta acabando la paciencia así que comporta te.- Me apunto con su dedo índice mientras pronunciaba cada palabra, con su horrible voz chillona que hacia doler mi cabeza y el olor de su perfume no ayudaba. Dios, pareciera que se hubiera echado toda la botella encima.
-Mira, ¿Porque no dejas de ladrar y te vas a poner de a cuatro frente a Isaac, como toda la perra que eres?.