capitulo 11

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—¿En donde están? Isaac ya a pasado mucho tiempo. —En me miro unos segundo y luego se levantó de la cama, se acercó a mi y me dio un suave abrazo.
—Tranquila, no creo que les pase algo ellos ya si  adultos y además muy poderosos, estarán bien. — Intentó tranquilizarme y lo estaba logrando de no ser por el ruido de la puerta al ser azotada.
Me sobresalte y enseguida todos mis sentidos se pusieron alerta, lo que hizo que sintiera más rápido el olor de mis padres mezclado con sangre. 
Me solté del agarre de Isaac y baje lo más rápido que pude al primer piso;
-¿que paso?
-nos atacaron
-¿quienes?
-cazadores -dijo para luego subir las escaleras y entrar a mi cuarto, segundos después volvió con Isaac, lo estampó contra la pared -¿que dijiste?
-no se de que hablas
-¿porque nos atacaron los cazadores?
-tal vez porque son sus enemigos, yo que se -el apretó mas su agarre y tuve que ir a separarlo antes de que matase a mi mate, volvió junto a mama, levanto su cabeza con cuidado y la apoyo en su regazo para luego acariciar su cabello y besar su frente, de repente tiraron la puerta y un montón de hombres entraron, mi padre se levanto rápidamente y me puso atrás de el protegiendo nos a ambas, todo había pasado muy rápido, yo estaba en shock, cuando reaccione fue demasiado tarde, vi cómo la bala de plata atravesaba el abdomen de mi padre, mis ojos se abrieron a tope,  esa fue la ultima imagen que tuve antes de sentir un pinchazo en mi cuello y como el sueño me invadía para que luego todo se volviese negro.
***
Desperté con dolor en las muñecas y tobillos, me sentía cansada y débil muy débil, necesitaba sangre, mire en dirección a mis muñecas las cuales estaban atadas con una cadena de plata al igual que mis tobillos, jale de ellas con fuerza intentando romper las cadenas pero fue inútil, el cuarto estaba completamente obscuro.
-¿Reneta? -escuche la voz débil de Isaac.
-¿que paso? -la puerta se abrió de repente, un hombre de unos 59 años más o menos, entró, era muy parecido a Isaac, ambos tenían los ojos grises y casi los mismo rasgos faciales.
-vaya, vaya, veo que ya han despertado -dijo con voz burlona.
-padre  
-hay hijo mio, no podrías haberme decepcionado mas -se acerco a el - pero bueno, al menos me trajiste a la hija de el vampiro mas fuerte del mundo que además es una híbrida, te felicitó -camino hacia mi y acaricio mi mejilla -eres hermosa
-no la toques -Isaac que al igual que yo estaba amarrado con unas cadenas, intento golpearlo.
-no me digas que enserio te has enamorado de una híbrida, aunque no te culpo, es fuerte y muy bella además, lastima que su cabeza estar colgada en mi chimenea como trofeo -le gruñí e intente abalanzar me contra el olvidando que tenia las cadenas, lo único que conseguí fue que el ardor aumentara, el río a carcajadas y salio de la habitación, suspire.
-lo siento -dijo en susurro, no le respondí y seguí tirando de las cadenas para romperlas -te lastimarás -lo mire de reojo pero no le respondí, y seguí jalando de las cadenas, de otra manera jamas saldríamos de aquí -¡basta! -grito.
-si paro jamas romperé las cadenas y nunca saldremos - le dije lo mas calmada que pude, agarre un de las cadenas con mi dos manos, suspire hondo y con todas mis fuerzas tire de ella, asta que por fin romperla, hice lo mismo con las otras tres asta quedar libre, mire mis muñecas y manos ambas rojas, ignore el dolor y corrí al lado de Isaac tome las cadenas y de un tirón las rompí a todas, el cayo al suelo, escuche como se quejaba.
-lo siento.
-no importa -asentí con la cabeza y fui hacia la puerta, había un guardia al lado de ella.
-hey -lo llame, el volteo a verme con el ceño fruncido, lo mire a los ojos, sus pupilas se dilataron -abre la puerta -le ordene, el obedeció, sonreí -muy bien ahora duerme y no despiertes asta que se cumplan cuarenta y ocho horas -el chico cayo al suelo inconsciente, sonreí triunfante -vamos -le dije a Isaac, el seguía mirando con asombro y con función al chico, bufé y lo alce como saco de papas,  y empecé a correr.
Cuando ya estábamos a una buena distancia pare y baje a Isaac, pude escuchar a lo lejos una clase de alarma.
-no vuelvas a hacer eso.
-¿que? ¿salvarte la vida?, esta bien, pero que conste que tu lo pediste -empecé a caminar lejos de el.
-¿adonde vas?
-no se tu, pero yo quiero vivir -no pare de caminar en ningún momento, el me siguió,  la necesidad de sangre se hacia mas grande y yo solo trataba de ignorar el sonido de la sangre corriendo por las venas de Isaac.

Enemigo. Editando/CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora