Capitulo 28

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Su mano impacto contra mi mejilla con tal fuerza que quedo un cosquilleo en ella. Gruñí e intente abalanzarme contra ella pero las cadenas me lo impidieron. Sonrió con burla.
-Créeme, si no fueran por las, putas, cadenas tu ya estarías en el suelo decapitada.- Su sonrisa se esfumo y una se dibujo en mi rostro.
-no lo creo, se pelear, soy una de las mejores en ello.
-¿Y crees que yo no se pelear?. -Solté una carcajada mientras ella solo me veía seria.
-Solo aléjate de Isaac.
-¿Porque?
-Porque el es mio, lo fue desde antes de que tu llegaras y lo sigue siendo. Sigue siendo mio. ¿Entiendes o te lo deletreo?.
-No, no, entiendo prefecto. Entiendo que no tienes dignidad y que andas detrás de un chico que te confundió conmigo mientras tenían sexo. Si, es muy interesante.-bufó
-Eres una zorra.- se dio media vuelta y se fue mientras, yo, reía por lo bajo. Suspire mientras cerraba los ojos e intentar descansar un poco, necesito recuperar algo de fuerzas.
***
Han pasado dos meses y sigo aquí, dos meses en los que me han torturado y sometido a varias pruebas, sin importarles que Isaac también sufriera con ellas. Estoy mas que débil, mi respiración es muy lenta, apenas como, pues aquí solo aveces me dan de comer, Prácticamente estoy muriendo lentamente, mis fuerzas no son las mismas, necesito sangre, ya no siento a mi loba. Espero que no sea lo mismo con mi familia. En estos dos meses solo he visto a Alan.
Cuando no quise hacer lo que ellos me pidieron, amenazaron con disparar le a mi hermano con balas de plata, al final tuve que ceder. La zorra de Lorena no ha vuelto a venir, Isaac, menos.
Necesito salir de aquí o al menos sacar a mi familia de aquí, pero en mi estado no creo poder hacerlo.
Una lágrima cae por mi mejilla al darme cuanta de que me he vuelto una inútil, no puedo proteger a mi familia. No puedo ni siquiera hacerme la fuerte mientras me practican esas pruebas, acabaron conmigo, han ganado, no puedo mas.
Los enemigos ganan. Jamas pensé decir esto, pero, me rindo. Lo siento, pero ya no doy, mas el dolor es insoportable y ver a Isaac con la zorra me lastima mas aun.
A pesar de todo esto lo sigo amando, no puedo negarlo. He intentado no hacerlo mas, lo juro, pero no puedo, simplemente no puedo dejar de amarlo. Mis lágrimas siguen cayendo en silencio hasta que un sollozo se escapa de mi boca. Y en ese momento siento su olor, mantengo la cabeza baja mientras muerdo mi lengua para que no escapen mas sollozos.
-¿Renata?. -No contesto. -Renata mírame.- da dos pasos hacia mi y toma mi mentón para que lo mire, hago un poco de fuerza, pero de nada sirve.
Nuestras miradas chocan, el me sonríe. Se que debería odiarlo por todo lo que ha echo, pero no puedo, mi corazón no me deja odiarlo.
-¿que pasa?.- me pregunta con un tono de voz suave. Se fría; me digo a mi misma antes de contestar a su pregunta.
-nada que te importe. - El solo sigue sonriendo y en un segundo me abraza.
-Te extraño Renata. -Mi corazón da un vuelco, "te esta mintiendo" me lo repetía una y otra vez, en mi mente, pero el corazón gano y termine por suspirar y ocultar mi rostro en su cuello, inhale su aroma seguía siendo el mismo de siempre. Cerré los ojos un momento, disfrutando de la calidez que el me brindaba y la que tanto añoraba. Pero en un segundo esa calidez ya no estaba, abrí los ojos y el tampoco estaba, lo busque en la habitación "genial Renata, ahora también, alucinas".
En este momento era donde necesitaba un abrazo, ya sea de mamá o papá o, incluso uno de Alan. Las lágrimas volvieron a caer por mis mejillas, yo los había arrastrado a esto. Si me hubiera alejado de Isaac esto nunca hubiera sucedido, no estaríamos aquí encerrados, yo no seria su conejillo de indias, Alan seria feliz con su mate y mamá y papá estarían jugando como si fueran los típicos adolescentes enamorados, de las películas, todos serian felices.

Enemigo. Editando/CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora