Sesenta y uno. Hadar

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Querido Diario:

Esta mañana desperté sola en la cama de Nathan, y entonces recordé lo que pasó anoche. ¡No puedo creer que me atreví a pedirle dormir con él! Espero que no piense que soy una descarada. Aun así, dormí como nunca. Hace mucho que no dormía tan bien. Cuando bajé a la sala, la señora Reagan me saludó y me sirvió el desayuno. Me dijo que Nathan y Lucy ya se habían ido a clases. También me dijo que yo pasaría unos dias sin ir a estudiar. No quiero atrasarme. Pero por otro lado, no tengo afán en ir a clases. Seguramente recibiré quien sabe qué tipo de comentarios cuando regrese.

Pasé el día entre libros, e investigando acerca de las constelaciones. Se sintió aburrido sin Nathan aquí. Y cuando volví a verlo en la tarde, me sentí realmente feliz.


El deseo a una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora