Sesenta y nueve. Itiringa

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Querido Diario:

A pesar de que Nathan me defiende, los demás no dejan de causarme problemas. No solo son Daisy y Megan, o el equipo de fútbol, tambien el resto de los estudiantes. Los maestros los reprenden cuando los ven molestándome, pero eso no los detiene. No, claro que no.

Justo hoy, Cassy estaba molestándome y burlándose de mí. Me defendí por mi cuenta, y le respondí que mi vida no era asunto suyo. Que yo no era ninguna asesina, y que me gustaban las estrellas, ¿Y qué? Eso no era su problema. Si disfrutaba investigando acerca de estrellas, ese era mi problema.

Hubiera sido genial si hubiera tartamudeado menos. Cassy se quedó helada por un momento, pero luego estalló en carcajadas. Agh, no sirvo para esto. Pero no puedo dejar que me sigan haciendo menos. Además tengo a Nathan. Cada vez que ellos me hagan sentir menos, Nathan me hace sentir más.

Un momento... ¡¿Qué acabo de escribir?!


El deseo a una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora