Querido Diario:
Hoy hemos sido afortunados. Bueno, tú has sido afortunado. Logré salvarte antes de que Daisy y su sequito de porristas te vieran. Sin embargo yo no corrí tanta suerte, y arrojaron los libros que estaba leyendo. La bibliotecaria me regañó por eso, y dijo que me expulsaría si no me comportaba. No me molesté en explicarle que no fui yo quien arrojó mis libros. No me creería.
Recibí nuevas burlas, y en mi casillero habían algunas notas ofensivas. ¿Por qué me odian tanto? ¿Por qué?
Sin embargo, cuando ví las estrellas esta noche, me olvidé de todo mi dolor.
Si papá viera las estrellas conmigo no sufriría tanto. Pero él nunca lo hará. Las estrellas le arrebataron a la mujer que amaba.
ESTÁS LEYENDO
El deseo a una estrella
ContoQuerido Diario: Yo amaba ver las estrellas. Amaba vivir en mi mundo en soledad. No me importaban las burlas de los otros mientras pudiera seguir apreciando el firmamento. No me importaba que papá casi nunca estuviera en casa. No me importaba que mi...