Querido Diario:
Hoy volvimos a casa. Nathan se quedó dormido en mi hombro durante el viaje, mientras yo me aguantaba las ganas para no acariciar su cabello, o acariciar su rostro dormido. Me siento cohibida cuando estoy frente a sus padres, o frente a Lucy. Ella nos mira con ojos brillantes cada vez que Nathan y yo hacemos algo cariñoso. Y sus padres me estaban echando miraditas por el espejo retrovisor. Todos están felices de que Nathan y yo estemos juntos. Para mí sigue pareciendo un sueño.
Pero a veces no puedo evitar sentir que es un hermoso sueño que en algun momento va a acabar. Tal vez, en algun momento voy a despertar y a darme cuenta que nada de esto era real.
ESTÁS LEYENDO
El deseo a una estrella
Historia CortaQuerido Diario: Yo amaba ver las estrellas. Amaba vivir en mi mundo en soledad. No me importaban las burlas de los otros mientras pudiera seguir apreciando el firmamento. No me importaba que papá casi nunca estuviera en casa. No me importaba que mi...