Querido Diario:
Hoy Daisy ha intentado acercarse a Nathan mientras yo estaba en el baño. Cuando salí del baño, la ví muy insinuada en su traje de porrista. Se le hizo muy cerquita y empezó a acariciarle el cabello. ¡Será zorra! Por alguna razón, unos celos enormes me invadieron. ¿Qué me pasaba? Yo no soy así. Entonces mi corazón bombeó con fuerza, como si se sintiera amenazado.
Pero cuando ví a Nathan alejarla con brusquedad de él, me sentí aliviada. Daisy insistió, pero tras varios rechazos de Nathan ella simplemente se fue, iracunda. Cuando volví a su lado y me sonrió, mi corazón sonrió conmigo. La amenaza había pasado.
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El deseo a una estrella
ContoQuerido Diario: Yo amaba ver las estrellas. Amaba vivir en mi mundo en soledad. No me importaban las burlas de los otros mientras pudiera seguir apreciando el firmamento. No me importaba que papá casi nunca estuviera en casa. No me importaba que mi...
