Las vacaciones de verano comenzaron, y todos estaban emocionados. Menos Ariana. Ella no estaba emocionada. Estaba apagada, sin vida, y eso a Nathan le preocupó increíblemente. Desde que habían comenzado las vacaciones ella no salía de su cuarto, y casi no comía.
-No quiero comer, Nathan. -le respondió ella con la voz apagada cuando él le llevó algo de comer.
-Por favor, tienes que comer algo. Me preocupas.
-Déjame en paz.
Le había pedido disculpas innumerables veces. Por ignorarla, por desaparecer, por haber ido a ese bar y llegar lleno de chupones. Pero a ella le entraba por un oído y le salía por el otro.
Ella no quería nada.
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El deseo a una estrella
ContoQuerido Diario: Yo amaba ver las estrellas. Amaba vivir en mi mundo en soledad. No me importaban las burlas de los otros mientras pudiera seguir apreciando el firmamento. No me importaba que papá casi nunca estuviera en casa. No me importaba que mi...