Cuarenta y uno. Dubhe

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-Nathan, cariño, sal de ahí.

-No, mamá. -se escuchó la voz apagada de Nathan al otro lado de la puerta. -Supongo que... al final si fui un estúpido.

-Nathan. Ariana está preocupada por ti. -dijo su madre, mirando a la chica dormida en el suelo. Mantenía un cuaderno aprisionado entre sus brazos. -Sal ya. Incluso se ha dormido aquí afuera.

-No me importa. Lucas era muy importante para mí. Es estúpido llorar por un perro, pero... supongo que no puedo evitarlo.

-No es debilidad, cariño. Se llama tener sentimientos. Ahora sal de ahí. Mañana tienes clases. Ambos las tienen.


El deseo a una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora