Sesenta y seis. Hyadum I

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Querido Diario:

Apenas llegué esta mañana al instituto, los rumores no se hicieron esperar. Además de ser "la loca de las estrellas" y la "asesina de perros", ahora todos sabían que mi padre está en la cárcel. Y eso, me convertía automáticamente en la hija de un criminal. En una calaña. Nathan fulminó con la mirada a todos aquellos que me miraban de forma extraña, mientras en sus ojos estaba escrito "¿Qué no tienen consideración por alguien que estuvo en el hospital hace poco?" Te recuerdo, Reagan, que tú antes también estabas del otro lado, del lado de las personas que se burlaban de mí y me apuntaban con el dedo.

Pero estoy feliz de que eso haya cambiado.

Te prometo que un día, seré lo suficientemente fuerte y ya no tendrás que defenderme más. Me esforzaré por ello.


El deseo a una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora