"Amor de cazadores"
A la mañana siguiente los cálidos rayos de sol despertaron a Artemisa, quien se quedó dormida junto a Orión. Al sentir la brisa de la mañana chocando contra su rostro recordó todo lo sucedido la noche anterior. Abrió los ojos y se dio cuenta que estaba recostada sobre el pecho del cazador. Él todavía seguía dormido, su respiración era calmada y tenía una leve sonrisa en los labios. Sus latidos eran tan tranquilos que iba a quedarse dormida más tiempo, pero se resistió.
—Oh no, ¿qué es lo que hice?—se hizo a un lado del chico y se sentó lo más lejos posible— Esto no es un comportamiento digno de mi, fue un grave error.
Miró a Orión, se veía tan tranquilo y relajado. Como si lo que sucedió fuera normal, decidió calmarse y pensar con la mente fría. Técnicamente no había pasado nada malo, solo conversaron y por accidente se quedaron dormidos.
—Podría matarlo de una vez para que no empiecen a circular los chismes— se dijo a sí misma. Se cubrió el rostro con las manos pensando en que hacer.
—Buenos días, creo que nos quedamos dormidos— habló Orión con voz ronca. Artemisa se sobresaltó.
—Pensé que tardarías más en despertar— dijo avergonzada, no quería mirar sus hipnotizantes ojos dorados.
—No suelo dormir mucho a esta hora, ¿Estás bien? Te noto preocupada.
El cazador no despegó la mirada de la diosa, los rayos del sol sobre su piel la hacían ver divina (más de lo que ya era).
—Si, solo que me falte al respeto. No debí de quedarme contigo.
—No digas eso, fue una imprudencia mía. Recibiré el castigo que quieras darme.
—Oh no...solo que jamás había compartido tanto tiempo con un hombre. No quiero que comiencen a circular rumores sobre lo que pasó.
—Por mi no te preocupes, no diré ni una sola palabra. Estoy muy agradecido contigo, ayer viví una de las mejores noches de mi vida.
Artemisa sintió un cosquilleo por todo su cuerpo y le sonrió.
—Gracias a ti por enseñarme el altar y ver conmigo las constelaciones.
—Fue inolvidable.
—Si que lo fue.
—Podríamos ir a cazar un rato, ¿qué opinas?
—Es mejor que me vaya, mis cazadoras deben estar buscándome. No quiero preocuparlas más— dijo mirando a Orión a los ojos.
Se quedaron unos segundos mirándose fijamente, sintiendo una conexión inexplicable. Sin embargo decidieron ignorarla y se despidieron.
—Hasta luego, será otro día entonces— dijo Orión haciéndole una pequeña reverencia.
—Nos vemos gran cazador—la diosa le sonrió y regresó al campamento temporal.
Después de ese encuentro los cazadores no se vieron por mucho tiempo, y aunque sus miradas no se volvieron a cruzar por tres años, se tenían presentes en sus pensamientos cada día. Artemisa siguió viajando junto a sus cazadoras sin descanso, completando misiones y luchando contra terribles monstruos que desataban el caos por todo el mundo. En sus ratos libres la diosa se tomaba un tiempo para escuchar los rezos, oler las ofrendas y sentir a sus seguidores. Buscaba la voz de Orión entre ellos, lamentablemente nunca lo escuchó.
Zoë Belladona comenzó a notar el extraño comportamiento de la diosa, cada día su presencia era más lejana.—Mi señora, no quiero ser imprudente. He notado que algo ha cambiado— se atrevió a hablar con Artemisa dentro de sus aposentos.
—Siéntate por favor— hizo un gesto con la mano para que Zoë tomara asiento. La chica se colocó frente a la diosa.
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"𝐿𝒶 𝑀𝓊𝑒𝓇𝓉𝑒 𝓎 𝐿𝒶 𝐿𝓊𝓃𝒶"[ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ ʏ ᴛᴜ] EDITANDO
Fanfic"𝔈𝔩 𝔯𝔢y 𝔡𝔢 𝔩𝔬𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔱𝔞𝔰𝔪𝔞𝔰 𝔠𝔞𝔢𝔯á 𝔯𝔢𝔫𝔡𝔦𝔡𝔬 𝔞𝔫𝔱𝔢 𝔩𝔞 𝔠𝔥𝔦𝔠𝔞 𝔡𝔢 𝔩𝔞𝔰 𝔢𝔰𝔱𝔯𝔢𝔩𝔩𝔞𝔰" Anteriormente "Hija de una Diosa" ESTÁ EN PROCESO DE EDICIÓN Y PUBLICACIÓN✨