Capítulo 20 ☾

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Narra _____.

Recuerdo que mientras no tenía nada que hacer en el Campamento me ponía a leer varios libros sobre mitología que me daba Annabeth. Recuerdo a ver leído algo sobre la empusas, son mujeres vampiro si no mal recuerdo. Las dos empusas vestían como cualquier chica normal, solamente que estas vestían igual, unos pantalones y una camisa rosa chillón con dibujos. Nos miraron con sus ojos rojos y comenzaron a atacar. Todos sacamos nuestras armas, Nico logró darle a una haciendo que se convirtiera en polvo amarillo. La otra empusa soltó un gruñido, se dio la vuelta y se fue por dónde venía.

-¿No creen que eso fue raro?-preguntó Alice-lo más seguro es que fue por refuerzos, tenemos que irnos ya.

Todos corrimos hacia el otro lado y bajamos por las escaleras de emergencia. Cruzamos un par de avenidas, al mirar hacia el otro lado de la avenida un grupo de empusas se dirigía hacia nosotros. ¿Cómo las reconocía? Por las horribles camisas rosa chillón.

-Emmm chicos un grupo de empusas se acerca!-grite y todos corrimos más rápido tratando de esquivar a la gente.

-¿Cómo entraremos al Inframundo?-oí gritar a Hollie.- Me dijeron que ls entrada estaba en Los Ángeles.

-Hay otras maneras-gritó Nico de vuelta.

Paramos cerca de un callejón. Nico entro inmediatamente y todos lo seguimos.

-Voy a abrir un portal hacia el Inframundo.-anunció. De su mochila saco un pequeño artefacto redondo color oro. Lo activo y lo tiro al suelo del callejón. Del otro lado las empusas se acercaban más rápido, el artefacto comenzó a brillar intensamente provocando una destellante luz. No estoy muy segura de lo que pasó después, lo único que recuerdo fue el estallido. Cerré los ojos fuertemente y después de varios segundos los abrí. Me encontraba tirada en el suelo.Los demás comenzaron a levantarse. Igual hice lo mismo.

-¿Ya estamos en el Inframundo?-preguntó Alice limpiándose las manos en su pantalón.

-Así es-suspiro Nico-espero no ver a mi padre. Bien tenemos que pasar por los campos, el jardín de Perséfone y el palacio de Hades. Siempre veo a Eris cerca del precipicio.

Comenzamos a caminar, después de varios minutos nos topamos con Cerbero y todas las almas intentando pasar a los Campos Elíseos.Al llegar a los jardines de Perséfone, Hollie quedó maravillada con las flores. Noté que Nico se ponía cada vez más nervioso. El palacio de Hades era enorme y macabro. Lo cruzamos sin problemas, caminamos por unos senderos y llegamos al precipicio, donde más abajo se encontraba un río de lava. No veía a Eris por ninguna parte. De pronto una luz destello cerca del precipicio, era como un mensaje Iris. Del otro lado se encontraba una mujer de piel pálida ojos negros como la noche, delgada y lucia un atuendo negro con un penacho en la cabeza.

-Eris-dijo Nico.

-Héroes. ¿Tienen la manzana?-preguntó.

-Si-conteste de inmediato, me descolgué la mochila y saque la manzana de ahí. El tono rojo comenzó a desvanecerse convirtiéndose en dorado.

-Han echo bien su trabajo-sonrío, de alguna forma esa sonrisa era maliciosa.

De la extraña imagen, Eris sacó la mano y tomo la manzana.

-Ahora díganos ¿quién es la diosa que necesita nuestra ayuda?-preguntó Alice con delicadeza.

Eris la miró con sus ojos negros.

-Artemisa-respondió- hace unos días la vi juntos a sus cazadoras por el bosque..... Y alguien las capturó. Un titán, Atlas. No tengo ni la menor idea de cómo se libró de su castigo, alguien tomó su lugar.

Mi madre está en problemas, pero todavía no estaba segura de que fuera verdad. No confiaba mucho en Eris, ya saben es la diosa de la discordia y del caos, su pasatiempo favorito es causar problemas. Todos quedamos atónitos ante la información de Eris.

-Es todo lo que tengo que decir-dijo- tengan cuidado.... -susurro y desaparecio en un destello dorado.

-¿Ahora que tenemos que hacer?-preguntó Dylan.

-Tenemos que volver al campamento para informarle a Quirón y al señor D... Y tenemos que hayar la forma de encontrar a Artemisa y a sus cazadoras-respondió Alice.

"𝐿𝒶 𝑀𝓊𝑒𝓇𝓉𝑒 𝓎 𝐿𝒶 𝐿𝓊𝓃𝒶"[ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ ʏ ᴛᴜ] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora