CAPÍTULO 17; "ALEX PARTE II"

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Victoria

Tuvimos que pasar dos malditas horas en una subasta de pinturas, joyas y un desfile de artículos tan antiguos que estoy segura que si los tocan se desintegran. Matt no compra nada, Eric en cambio, compra una pintura obscenamente costosa, Sue no lo deja pasar y le lanza todo tipo de bromas al "anticuado muñeco", insiste en llamarlo "Kent" porque es perfecto, físicamente. Ella disfruta de los hombres más... pasionales, que tomen la iniciativa, Eric en cambio, es don correcto, don buenos modales, ya voy entendiendo por qué él y Matt son tan buenos amigos.

-La niñita nuevamente intenta encajar –esa voz, la maldita Christie Rosemore tenía que aparecer

-¿Esta es la zorrita ofrecida de la que me hablabas, Vic? –suelta Sue sin ningún cuidado

-¿La arrastrada? Si –no me importa, ya no la soporto, y esta noche me siento increíblemente enfocada y tranquila

-¿Arrastrada? ¡YO! Pendeja oportunista, vas a pedirme disculpas en este preciso momento –tan fácil, ya está histérica

-No, escucha niñita de papá, deja de ofrecerle tu sidosa vagina al prometido de Victoria, si no quieres que la mejor amiga de la novia del "importante Señor Rothschild" hable de las zorras que se le ofrecen a su prometido, vas a dejar de insultar a mi amiga, quien te recuerdo está a punto de convertirse en la "señora Rothschild"

-¡Como te atreves a hablarme en ese tono! Mi padre se va a enterar

-El señor Rosemore no hará nada para disgustar a Matt, acaba de pedirle asesoramiento financiero para su empresa, yo misma leí su propuesta, así que deja de acercarte, me tienes harta, y no pienso rebajarme a tu nivel de mujerzuela vulgar y necesitada, das pena, no tienes vida propia, dependiendo de los hombres para subsistir

Lo dije, ya, esta bruja me tiene harta, por su cara puedo ver que no le ha gustado nada, Sue es mala, sigue burlándose, ¿eso que veo son lágrimas? Y yo que creí que estas eran insensibles.

-Ya, ¿vamos por una copa? –le pregunto para ya acabar con el tema

-Sí, necesito una, se me ha secado la boca –le encanta callar a la gente

Tomándola del brazo la llevo al bar, no soporto el odio con el que me habla esa mujer, Sue dice que es envidia, yo creo que es avaricia, todo por el maldito dinero.

Nos divertimos en el bar, uno de los chicos que están sirviendo las copas le coquetea a Sue. No me doy cuenta cuando voy en mi tercera copa de piña colada, me encantan, no puedo detenerme.

-¡Victoria!

Escucho el grito de Eric fuerte y claro, segundos después, la copa desaparece de mi mano, y lo tengo en frente con esa mirada de reproche insertada en su lindo rostro

-¿Qué pasa? ¿Matt ya se ha desocupado? –le pregunto ignorando su ceño fruncido

-Estas bebiendo alcohol, no puedes –exagerado

-Sí, sí que puedo, no es whisky ni nada, lo pedí con muy poco alcohol, relájate –su doctor interno hace su aparición

-Victoria, por favor, no sigas, me tienes preocupado, estás muy delgada, tenemos que hablar, tienes que hacerte un chequeo y tomar vitaminas

-Leí en internet que es normal bajar de peso, ahora ¿puedes dejar de preocuparte? ¿Puedes dejar de ser doctor por el resto de la noche?

-No me ignores –es tan serio como lo era Matt al comienzo

-No lo hago, todo a su tiempo, dijiste que no me ibas a presionar

-Discúlpame, es que me preocupo por ti

El Contrato II: Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora