Aliviado, pero no del todo, Matt dejó que Victoria se marchara, pero no sin antes observar como desbloqueaba su número en su celular, aunque ella le prohibió tocarla, se las arregló para besar su mejilla, el tenerlo tan cerca hacía que las pasadas 5 semanas llenas de llanto y rabia se desvanezcan, estar cerca no la ayuda.
La mañana siguiente, Elizabeth llegó a ver a su nieto, pero nuevamente lo encontró dormido, esta vez no esperó a que despertara, se acercó y con esa fuerte y autoritaria voz que la caracteriza, le dio un despertar un tanto amargo
-Elizabeth... ¿Qué pasa? ¿Por qué tan temprano por aquí? -susurró Matt, aun dormido
-Matthew Rothschild, son las 12:20 del medio día ¿hasta cuándo durará esta pereza? -le llamó la atención molesta
-Hasta que Victoria regrese -refunfuñó Matt, estirándose como si nada pasara
-Matt, sé que no he sido una buena abuela, pero quiero lo mejor para ti, quiero tu felicidad -confesó un tanto derrotada
-¿Por qué estamos hablando de esto? -se sentó de golpe, ya estaba completamente despierto
-Lo voy a decir una sola vez, sabes que no me gusta repetir -le advirtió sentándose frente a él en la cama
-Lo sé -ahora estaba preocupado, su abuela nunca se mostraba vulnerable
-Victoria es la mujer que necesitas para ser feliz, te hace bien, pero tienes que saber que cuando hieres los sentimientos de una mujer, no hay manera de que se olvide, solo puedes encontrar el modo de conseguir su perdón, tienes que eliminar las mentiras, abre tu corazón, revela tus secretos, sean un equipo, no trabajes tanto hijo, tienes dinero para que alguien lo haga por ti, usa ese poder, ten una vida.
La sinceridad en las palabras de Elizabeth, hicieron que Matt viera una parte de ella que hace muchos años no veía, esa sinceridad la transmitía solo cuando hablaba con su hija.
Tras un fuerte y cálido abrazo a su nieto, Elizabeth se marchó de regreso a Londres, a continuar con su vida y sus negocios.
Decidido a hacer las cosas bien, Matt se levantó directo a la ducha, para dirigirse a hablar con Doris. En la cocina la encontró, como era de esperarse, esperó un par de minutos y se disponía a salir, cuando Matt la detuvo
-Doris, tenemos que hablar
-Señor, ¿necesita algo? -se detuvo en la puerta
-Toma asiento conmigo
En silencio Doris lo hizo, se sentó a la mesita de la cocina y aguardó a que hablara.
-Quiero disculparme, se que últimamente mi comportamiento ha sido vergonzoso y en ocasiones irrespetuoso, no volverá a ocurrir
-Señor, no tiene que disculparse, esta es su casa y se puede comportar como usted quiera
-No vivo solo, tú y Nikolay siempre han sido parte de mi vida, quiero que siga siendo así, tienes una relación especial con Victoria, se que estas muy molesta conmigo por eso... solo puedo decir que voy a intentarlo, voy a intentar solucionar las cosas, ella es importante para mi... no quiero perderla
-Lo sé, señor, intento no mezclar todo, pero... es difícil, los quiero a ambos, deseo lo mejor para los dos... pero le ha hecho daño, yo no... no me puedo poner de su lado
-Lo sé, no es eso lo que te estoy pidiendo, en realidad no te pido que hagas nada, bueno solo que me disculpes
-No tiene que disculparse, se que la quiere, haga lo que crea necesario para recuperarla, por favor
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El Contrato II: Rompiendo las reglas
RomanceTras vivir la noche que tanto tiempo evitó vivir, Victoria decidió que era hora de pasar la página, y para eso tenía a un hombre a su lado dispuesto a ayudarla. Las constantes desilusiones de sus seres queridos la llevaron a convertirse en una perso...