CAPÍTULO 34; "La voluntad de Elizabeth"

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Una vez que Victoria consiguió calmar a su amiga, y el guardia las dejara solas, la llevó a una de las habitaciones de invitados. La dejó para que se refrescara y fue con Matt.

  Nada más entrar, lo encontró de pie junto a la cuna de la pequeña Alice, estaba muy serio

-Hola... -susurró muy despacio

-Cariño, ¿va todo bien? ¿Te sientes bien? –se apresuró a preguntar al tiempo que se acercaba a ella a grandes zancadas

-Sí, estoy bien ¿Por qué estás despierto? –se inquieta

-No te sentí regresar, no has pegado un ojo desde que vine a la cama, ¿Qué te tiene inquieta? –inquiere con preocupación

-Es Sue... me preocupa. Desde que hablé con Adam, esta tarde, que no estoy tranquila

-Puedo hablar con David para que la traiga –sugirió Matt

-No será necesario, ella ya está aquí –suspira aliviada de tener a su amiga cerca, aunque no esté pasando un buen momento

-¿Acaba de llegar? ¿Ya lo sabías? –pregunta sorprendido

-No, solo bajé por un poco de agua y... ella acababa de llegar –se encoge de hombros

-Entonces te quedarás con ella ¿no es así?

-Sí, ¿vas a estar bien con Alice?

-Ya veremos cómo resulta –susurra algo nervioso

-Estoy en el segundo nivel, en la habitación de huéspedes individual, ve si me necesitas

-Ya veré como me las arreglo, no te desveles mucho

  Y con un beso se despiden.

   Decidida a averiguar qué es lo que está sucediendo con su amiga, Victoria regresa a la habitación en la que la dejó.

  Sue, está sentada en el centro de la gran cama, esperándola. Tomando una larga respiración, se quita la chaqueta y toma asiento junto a su amiga.

-La he cagado, Vic –susurra nada más sentirla cerca

-No funcionan los lamentos, Sue, no conmigo, estas aquí, en Londres, quiero saber la historia completa

-Soy un desastre en cuanto a mi vida amorosa, eso lo tienes más que claro –aclara con amargura

-Sí, bastante claro, como cuando te dije que Adam es diferente

-Lo sé, Vic, no me mires así, voy a contártelo todo

-Es lo que pido, así que comienza a hablar –insistió Victoria, con paciencia, sabía que si ella misma era complicada, entonces su amiga era un caso aparte.

-Todo comenzó cuando conocí al sexy Adam, fue en casa del bombón ricachón con el que te vas a casar -le dedica una sonrisa de aprobación a su amiga-. Tú estabas en la clínica, creo que Eric fue quien lo llamó, fue cuando Matt estaba hecho un desastre, todo golpeado y desesperado porque te despertaras, hablamos y me encantó enseguida, el es un caballero, no dijo nada, pero sentía como me miraba, ya sabes, cuando repasan todo de ti, la primera mirada es física, escanean tu cuerpo, y la segunda es cuando analizan lo que traes y tratan de armarse una imagen de "quien podrías ser".

  Todos estuvimos muy preocupados, Matt desaparecido, Eric hecho un manojo de nervios al no ver que mejorabas, y Adam comenzó a pasar, al comienzo el era ese sexy y atento macho que trata de hacerte sentir mejor, que te coquetea con cortesía para hacerte sentir linda... hasta que comenzamos a tocarnos, no de manera sexual, tontamente, lo cual me fastidiaba hasta que él lo comenzó a hacer.       

El Contrato II: Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora