Buenos días Isabella, lamento informarte que serás la nueva integrante de mi juego... Es increíble como mi vida se puede separar en dos etapas: antes y después de leer esa oración. No puedo creer que esto esté pasando, hasta revisé la firma, M. Montero, resulta que Mariana Montero era una veterinaria, y murió ayer en la noche en su casa debido a un "accidente". Ayer, ni si quiera es una historia que saldría en el periódico, mejor dicho NO salió en el periódico, se supone que fue un accidente. Y esta carta fue firmada con su nombre. ¿Qué clase de juego perverso es este? "Ve a Marchámalo, Calle Eras Blanca ahí pedirás tu formulario. Este tendrá tu próxima carta. Feliz resto del día.". Es todo lo que recordaba tras quemar la carta. Así era mejor, sólo de verla en la mesa me alteraba. Llegué a (dirección muy lejos), me tomó casi una hora pero llegué y efectivamente, había un formulario para mí, dentro otra carta: Buenas tardes Isabella, te felicito por seguir instrucciones y no morir tan pronto como algunos. Tu objetivo de hoy es simple, sólo debes quemar esta carta debajo de uno de los detectores de humo. Trata de buscar uno remoto, no querrás caer tras las rejas. Feliz resto del día.D. Burgos
D. Burgos... ¡Diego Burgos! El amigo de Andrés y el hijo de Ramón Burgos, el ladrón de fondos. ¿Estará muerto? La única forma de averiguar será preguntándole a Andrés, y para eso debo terminar esto. Encendí la carta y el humo subía hacia el detector pero nada pasaba. No había sido suficiente. Un simple detector no me matará, busqué la alarma contra incendios y la activé. Hizo un ruido estruendoso, tomé esto como señal de largarme lo más pronto posible. Mientras llegaba al edificio fui pensando en cómo sacarle la información a Andrés, después de todo
no puedo ir simplemente "Hola Andrés oye de casualidad tu amigo Diego, que probablemente esté en el mismo
juego de la muerte que yo, ¿Está muerto? y si lo está, ¿Te molestaría darme los detalles?"Si...no creo que sea tan sencillo.
Piensa Isabella, piensa, tiene que haber una manera de confirmar tus sospechas. Es increíble que hace
unos días mi mayor preocupación era la renta y ahora estoy a merced de un loco asesino. Antes de darme
cuenta ya estaba en la puerta de Andrés, tomé aire y toqué la puerta. –Hola Isabella– Respondió Andrés
con un rostro que valía más que mil palabras, estaba desecho, triste y sin emoción, suspire de alivio
esto será sencillo. –Dios mío Andrés ¿Qué te paso? Pareces muerto. – le dije.
–Es sobre Diego, ¿Lo recuerdas?–
–Claro, como olvidarlo, Diego Burgos, ¿No?– Había empezado bien.
–El murió...más bien lo mataron. – Estaba en lo correcto. –Así que si era verdad–confirmé. – ¿Disculpa? ¿Ya lo sabías?– ¡Maldición! Estaba tan cerca y ahora lo arruiné todo. – Ehhh, no, no, mira es que mi amigo...es policía y
me había mencionado algo sobre un asesinato hoy pero no le hice mucho caso y ahora me lo acabas de
confirmar...–Contesté rápidamente, enredando las palabras.– Pero de todos modos, Andrés lamento muchísimo
tu perdida, puedes contar conmigo con lo que necesites sólo tienes que tocar.–Forzó una leve sonrisa y se fue. Entré a mi apartamento y encontré un cuchillo clavado justo en el centro de la mesa, una carta siendo atravesada por él. Felicidades, seguiste las instrucciones al pie de la letra, como regalo aquí te dejo el cuchillo responsable de la muerte de Diego Burgos. No te alteres no eres la próxima, todavía te quedan unas semanas, y no trates de limpiar el cuchillo, seria destruir evidencia, y ambos sabemos que no te conviene hacer eso. Feliz resto del día.D. Burgos Tengo un arma homicida en mi casa y no sé qué hacer con ella, si la boto, cualquier despistado la podría encontrar y, listo, Isabella arrestada. Estoy pensando en todas mis opciones y todas terminan mal. De repente suena el teléfono. Duré unos segundos para contestar pero al final era Ignacio. Dios que alivio, quizás me podía ayudar siempre y cuando no le dijera de qué se trata. –Hola Ignacio, lamento apresurarte pero digamos que tengo un objeto que no es mío, y por casualidad lo colocan en mi hogar. Necesito deshacerme del él para que nadie lo encuentre. ¿Alguna idea?– Quizás fui muy directa. –Isabella, ¿De qué rayos estás hablando?– Si, demasiado directa. –Es que no hay forma de decírtelo, sólo necesito sugerencias. – Insistí. –Isabella, espero que no me estés hablando de drogas. – Ojalá y fuera eso. –No Ignacio, no hablo de drogas. – Siguió insistiendo. –Si no es drogas entonces ¿Qué es? No creo que sea nada malo a menos que sea robado o mataste a alguien. – Lo dijo en tono de broma pero esa frase hizo que mi corazón se detuviera por un instante. –Isabella, ¿Estás ahí?– No le había respondido. –Sí, estoy aquí– creo que ya se había dado cuenta de que algo andaba mal. –Isabella, ¿Qué hiciste?– Oh rayos, ya empezó. –No hice nada, te lo juro. – no estaba convencido. – ¿Robaste?– y seguía. –Que no, yo no robe. – Pausó un segundo. – ¿Mataste a alguien?– preguntó con temor, otra vez, la palabra me dio escalofríos. – ¡Isabella!– Me había olvidado de responder otra vez. –Ignacio yo no maté a nadie, es que llegué a la casay encontré un cuchillo y...– Me detuve, había hablado demasiado. – ¿Un cuchillo? Esto es grave, les informaré a las autoridades.– Justo lo que temía. – ¡No lo hagas!– En lo que lo decía ya había colgado.Estoy muerta.,n(-=%)Q

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Littera In Flammas
Mystery / ThrillerAndrés se muda a España a perseguir su carrera. Lo que no esperaba era ser perseguido.