La llamada de Isabella no trajo buenas noticias. Hacía un tiempo que sentía que me estaban mirando y ella me lo acababa de confirmar. Y como si no fuese suficiente, era un detective, muy hábil con el cuchillo, ya me imagino con un arma de fuego. Salí de inmediato de la casa de Emanuel, no podía arriesgarme a ser capturado por Alonso. Es increíble pero estaba menos asustado cuando desconocía su identidad. Crucé la calle, siempre mirando a todos lados, cualquier signo de una patrulla y estaba muerto. Justo mientras la idea cruzaba por mi mente la sirena ensordecedora de un vehículo policial en frente de mí. Mis instintos no dieron para otra cosa que no fuera correr. El trayecto que hace un momento me había tomado cinco minutos, lo deshice en unos cuarenta segundos, ya podía ver la casa de Emanuel otra vez, sería mejor atravesar el patio e ir a la estación de tren a unas cuadras. Me escabullí por el patio hasta llegar a la otra calle, de repente vuelvo a oír la sirena detrás de mí, volteo, deseando que no esté tan cerca y siento un dolor punzante en el cuello. Era Alonso, me había inyectado algo, lentamente perdí control sobre mi cuerpo y mis pensamientos se desvanecían. No sé si es mi imaginación pero creo que dijo "Perdiste".–Despierta Andrés, tenemos mucho que hacer. – Me dijo una voz familiar, pronto ajusté mis ojos y vi que era Alonso. –Las sirenas a control remoto son geniales ¿No crees? Es la manera perfecta de distraerlos. – Fue en este momento que me di cuenta que estaba totalmente atado a una mesa de autopsia. ¿Dónde estoy? ¿La morgue? ¿Una funeraria? –Tranquilo, ya no tienes que hablar, ya tu tiempo se acabó. Eres la última victima de Emanuel, el asesino en serie. – Era inútil, por más que forcejeaba, estaba atrapado. Alonso me mostró un cuchillo. –Este es tu boleto de ida Andrés. – Se oyeron unos pasos. Luego una voz demasiado familiar. – ¿Andrés?– ¡Era Kaz! No sé qué hacia aquí pero debía advertirle. Alonso pensó igual ya que sin desperdiciar ni un segundo me tapó la boca con una toalla. No me iba a rendir, empecé a moverme con tal de hacer ruido.
Logré que la mesa se moviera un poco y al parecer me oyó. – ¡Andrés ya voy!– grito Kaz, estaba vez se oía más cerca. Alonso no estaba muy contento con lo que hacía, decidió volver a ponerme a dormir en lo que esperaba a Kaz. Lo vi sacando su arma mientras mi visión se tornaba borrosa. Perdía fuerzas otra vez, sólo veía su silueta en la puerta y luego un ruido. Un ruido que se hacía nada, mi mundo se hizo nada.
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Littera In Flammas
Mystery / ThrillerAndrés se muda a España a perseguir su carrera. Lo que no esperaba era ser perseguido.