Emanuel

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Ya hace veinte cinco días que me llego mi primera carta. Se supone que todo acabará hoy. Justo pensando en esto veo una carta en el frente de mi puerta. Vuelvo a entrar a la casa para leerla.Esto está mal, muy mal, no me queda de otra que irme y bien lejos. Tomé mis llaves y demás documentos importantes, debía largarme de inmediato, el dinero luego lo resolvía, la prioridad era salir. Manejé por unos cinco minutos cuando mi auto me mostró la señal de "revisar motor". Espero que haya sido una coincidencia, si no lo era, ya sería demasiado tarde. Llegué a donde trabaja Kaz. Por más que lo odie iba a necesitar su ayuda. –Oye Kaz, necesito que me ayudes con un problema lo más rápido posible. – Ojala esté de humor para no hablar. Aceptó sin preguntar, a los pocos minutos me habla. –Malas noticias, no podré arreglar esto en menos de dos horas, si tienes tiempo quédate. – Era lo peor que me podía haber dicho. –Lo buscaré después, gracias. – Me fui de inmediato, necesitaba tomar el tren. La estación de Atocha estaba sólo a cinco minutos, me monté en el tren, ya un poco más relajado. Sólo debía quedarme en la última parada y ahí cambiar de trenes. Todo iba bien, miraba hacia el asiento del frentecuando vi a un hombre abrigado. Me resultó extraño en este clima. El hombre separó y al parecer estaba recitando una oración, no pude distinguir el idioma. Terminóla oración y buscaba algo dentro del abrigo, no llegué a ver bien lo que era,fue sólo segundos después que me di cuenta de la situación, y ya para eseentonces era muy tarde.


Littera In FlammasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora