Kaz

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Me mandaron una carta. Por una parte, estoyfeliz de que haya resultado, me convertí en una víctima potencial sóloajustando mi vida a la de las víctimas. Por otra parte, bueno, me quierenmatar. Ya todo está más claro, todos queman sus cartas, por eso nunca hayconexión entre ellos y el asesino, si tratan de buscar ayuda, mueren. Aún así, la firma me preocupa, "I. Hernández"es algo que no quisiera creer. Quizás también le habían mandado una carta, perono me di cuenta. 

Me reuní con Andrés, debía contarle mis recientesdescubrimientos. –Andrés, hay algo que no encaja sobre Mariana– Le dije. Mellega un mensaje de texto: "?". Prefería escribirme a preguntarme, tenía miedoy con mucha razón. –Según lo que he observado, Mariana no encajaba en el perfilde victimas. Ella tenía un auto. El único momento que tomo el tren fue la vezque me dejó su auto para repararlo, en ese momento fue que la vieron. –sumirada me dijo que estaba de acuerdo conmigo. 

Continué. –Otra cosa es que el"jugador" firmó con "I. Hernández"– Se le abrieron los ojos. –Pero, nunca sospechéque tenía una de esas. Por eso llamé a Isabella y tras una serie de preguntas,estoy casi seguro de que ella tiene un rol en este juego. – Respiró profundo. Creoque pensaba que la que murió había sido ella. –Es extraño, por lo general muerela persona dentro del juego. Creo que ve potencial en Isa y no queríadescalificarla justo ahora pero tampoco dejarla impune. – Por fin Andréscontesta –Todo esto tiene sentido pero si no sabemos quién es, no podremoshacer nada. – Tenía razón pero eso ya estaba a punto de resolverse.


Littera In FlammasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora