Kaz

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Todo sucedió bastante rápido, Andrés, Isabella y yo estábamos hablando cuando tocan la puerta. Era un oficial -Policía de Madrid, abra por favor - Andrés no tuvo más remedio que abrir. Y en tan sólo un segundo el apartamento se llenó de oficiales. -Hemos recibido información de que aquí puede haber evidencia sobre uno o varios asesinatos, apártense a un lado por favor- Ya todo tenía sentido, una emboscada. Quizás no quedemos tras las rejas pero si estamos detenidos, o al menos uno lo está, es mucho más fácil saber dónde estamos y que planeamos. Además está el hecho de separarnos, que le convendría bastante. Un oficial encontró la mochila negra escondida entre unas maletas. El oficial me miró con una ligera sonrisa, como orgulloso de habernos atrapado, aún sin saber la razón por cual atraparnos. Abrieron la mochila y por desgracia encontraron unos cuadernos recién comprados. -Explíqueme esto joven. - Me dijo el oficial ya que yo era el más cercano a él. Su cara un poco disgustada. - ¿Qué le explico? No sé que más esperaba encontrar en una mochila además de cuadernos. - Al parecer se enojó después de esto, ordenó que sigan la búsqueda hasta que aceptaron que no había nada. -Pase buen día oficial. - Le dije mientras se iba, creo que me dijo algo, pero no lo oí, y dudo que fuera algo bueno.-Como les seguía diciendo, ya no cabe la menor duda, ninguno de ustedes dos es el responsable. - Ambos me habían visto poner la libreta en mi bolsillo izquierdo. Algo normal para un diestro, se hace más cómodo sacarla desde el bolsillo izquierdo con la mano derecha. El único problema es que yo era zurdo y el asesino estaba muy al tanto de esto, de ese lado colocaba las cartas. Ni se molestó en buscar el bolsillo izquierdo de la chaqueta, claro un zurdo lo pondría en la derecha. Y ahí encontró mi libreta. Bueno mi libreta de repuesto. El bolsillo izquierdo estaba cosido, si hubiese tratado ese primero, hubiese roto la costura, el cual no hizo porque ya sabía dónde buscar. -Otra cosa que ya sé es que Emanuel es el que manda las cartas. - Me miraron con cara de sorpresa, quizás ya se lo sospechaban. - ¿Estás seguro de eso?- me pregunto Andrés. -Claro, ha tenido conexiones a todas las víctimas, a nosotros, y nunca me mandó la carta hasta que le dije que vivía sólo, ese fue su error. - Pronto buscaría la forma de atraparlo pero ahora debía cumplir con mi carta más reciente.Llegué a un almacén semi-derruido. Aquí es que quería que estuviese el asesino, o Emanuel, ¿Quién sabe cómo llamarle? Antes de entrar al almacén debía hacer una llamada.Busqué mi celular y marqué. -Departamento de Policíasde Madrid, ¿En qué podemos ayudarle?- esto era vital para el plan. -Quisiera saber si ya reportaron la situación del Almacén en la Marqués Viudo de Pontejos.- La oficial buscaba mi pedido. -Sí, hace cuatro minutos que salieron las patrullas. - Esto era perfecto. -Muchas gracias, y si puede avíseles que deben buscar una carta. - Pude oír cuando le enviaba la información a través de la frecuencia, tomé esto como señal de colgar y largarme de aquí antes de que me pregunten algo.


Littera In FlammasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora