Capítulo 7

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-¿Quieres que te enseñe la empresa? –Pregunta Christian mientras vamos saliendo de su oficina. Por fin ha terminado los pendientes y podemos irnos. Este día de "trae tu esposa al trabajo" como Cincuenta lo llamó no estuvo tan mal. Fue muy gratificante. Podría repetirlo. Sí, sin duda.

-¿Podríamos dejarlo para otra ocasión? Quisiera ir a ver a Ray y tengo un poco de hambre también. – Le cambia la cara inmediatamente.

-Vamos a que comas algo primero y luego podemos pasar por donde tu padre. ¿Qué quieres comer? – me mira solícito. Me encojo de hombros.

-Lo que quieras estará bien. No tengo tanta hambre.

Levanta una ceja y tuerce la boca.

– Has dicho que tienes hambre, así que iremos a comer ahora.

-Como quieras cariño. –respondo coqueta. Hemos estado bien, no quiero discutir por esto.

Pasamos por el lugar de Andrea. Al vernos se pone de pie en seguida.

-Hasta luego Sr. –Le da un leve asentimiento de cabeza- Sra. Grey. – sonríe hacia mí.

-Solo Ana, por favor Andrea. Adiós. – le regalo una sonrisa. Ella parece extrañarse ante mi petición pero no lo demuestra.

-Estamos en contacto Andrea. Envíame al correo los pendientes y todo lo que pueda adelantar desde casa. Nos vemos la próxima semana. Organiza mi agenda, coloca todas las reuniones del lunes hasta después del medio día y concreta una cita con la Dra. Greene para Ana, también el Lunes a primera hora. – Me mira y suspira pesadamente- Gracias. Nos vemos.

Aprieto su mano y me acurruco un poco contra su costado mientras lo miro tratando de decirle con mis ojos: ¿Ves Christian que si puedes ser amable sin dejar de ser controlador? Sonríe pero tuerce el gesto inmediatamente. Niega con la cabeza. Es como si no tuviera permitido sonreír delante del personal. Hacemos nuestro camino al ascensor y nos ponemos en marcha hacia abajo.

Durante el trayecto compartimos algunas caricias. Mi dulce esposo me estrecha entre sus brazos y aspira mi cabello a la vez que deja cortos besos en mi cabeza a la vez que sus manos bajan y suben por mi espalda rítmicamente. Yo me mantengo recostada de su pecho y cierro los ojos para disfrutar de este momento, de su ternura, de su amor. Al escuchar el pitido de llegada y al abrirse las puertas del elevador no nos separamos, Christian solo detiene sus manos y me mira fijamente mientras yo hago lo mismo.

Siento miradas sobre mí y al girarme encuentro a varias personas esperando para subir. La mayoría de ellas enfrascada en alguna conversación, pero todas se quedan mudas al levantar la mirada y encontrarse con Christian y conmigo. Sus rostros se muestran entre sorprendidos, felices, extrañados y expectantes. Sinceramente no lo entiendo. Todos ellos saben que estamos casados. ¿O acaso creían que era una broma? Optaré por pensar que es el verme aquí lo que les sorprende. El ver a Christian tranquilo, sin su ceño fruncido o simplemente siendo cariñoso con alguien.

Comienzan a hablar casi todos a la vez y solo se logran distinguir: -Buenas tardes señor Grey, Sra... Buenas tardes señores Grey... señora Grey es un placer verla... que tenga un buen día Sr. Grey...

A pesar de que todos hablan nadie dirige la mirada hacia nosotros.

-Gracias, buenas tardes. –respondo. A todos y a nadie a la vez.

-Buenas tardes. –se limita Christian. Ellos abren espacio y nosotros caminamos hacia la salida sintiendo como nos observan, es incomodo. Al menos para mí, a Christian parece no impórtale pero estoy segura que tampoco le fue muy agradable ese momento. Creo que debo venir acá más seguido.

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora