Capítulo 9

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-¿Estás segura? –Pregunta por segunda vez.

-Si, Christian. Ya es hora de levantarnos o llegaremos tarde. Andando.

Es lunes, me levanto de la cama e invito a Christian a hacerlo y seguirme al baño para darnos y una deliciosa ducha. Hoy se acaba mi reposo oficialmente, podré volver al trabajo. Pero antes mi obseso del control decidió ir a ver a La Dra. Greene, me revisará para ver si todo marcha bien y así regresar a SIP. También aprovecharemos la visita para aclarar nuestras dudas y que Christian conozca algunas cosas sobre el embarazo para no se preocupe tanto.

Le he pedido durante estos días que piense bien todo lo que quiere saber sobre el embarazo para que lo consultemos con la Dra. No quiero que continúe insistiendo en ir al hospital cada vez que me mareo o algo completamente normal en mi estado me sucede. Ha aprendido a lidiar con mis nauseas, se que se impacienta y se preocupa pero viene con bip. No hay nada que hacer.

Este fin de semana fue tranquilo, el sábado salimos en The Grace todo el día y el domingo íbamos a salir a dar un paseo pero cuando entré a la cocina para tomar mi desayuno el olor a café y tocino me sobre pasó, fue totalmente desagradable y aunque no había nada en mi estomago tuve unas arcadas horribles que me hicieron correr directo al baño. Después de eso Christian prefirió que nos quedáramos en casa. Al menos conseguí otra sesión en el cuarto de juegos. Fue... alucinante y también pudimos pasar tiempo frente a la TV metiéndonos mano. –Sonrío por mis recuerdos-Christian está más cariñoso. ¡Me mima demasiado! Y me encanta.

Salgo de mis pensamientos cuando voy llegando a la cocina. Huele a café y mi estomago da un vuelco. Respiro profundo y voy por un vaso con hielo. Tengo varios disponibles en la heladera. Gail me observa.

-¿Nuevamente el olor Ana? –Asiento mientras como un hielo. Y salgo de la cocina que está impregnada con ese desagradable olor. Gail me sigue. –Lo siento, pensé que estaría bien.

-Sí Gail, aborrezco el café. –ella suelta una pequeña risita. –Creo que Christian tendrá que tomar su café matutino en otro momento. No puedo estar así todos los días.

-Plantearemos una solución para eso Ana. Es parte del embarazo, pronto pasará esta etapa. –Sus labios se curvan de forma tranquilizadora. – ¿Tomas el desayuno en el comedor?

-Si, por favor Gail y ojala que pasen pronto las nauseas. ¿Dónde está Christian? –inquiero mientras tomo asiento.

-Justo detrás de ti nena. –deja un beso en mi coronilla. -¿De nuevo el café? –Sus ojos me observan con preocupación.

-Sí, ya recuerdo porque no me gusta. –Le digo y arrugo mi nariz lo que lo hace mirarme con ternura.

-Luego de desayunar iremos a la cita con la Dra. Greene.

-Lo sé. –Llega Gail y deja los platos sobre la mesa.

-Yogurt, cereal y frutas para ti Ana. Tortilla para usted señor.

-Muchas gracias Gail. –dice Christian y ella se retira.

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Vamos de la mano por el amplio pasillo del hospital rumbo al consultorio de la ginecóloga, tenemos diez minutos de antelación. Cuando llegamos nos dirigimos a la secretaria, no la había visto antes, debe ser nueva. Es de tez blanca y su cabello es negro azabache, cae en ondas muy pronunciadas sobre sus hombros, sus ojos son grandes y almendrados y sus rasgos son finos, tiene un labial fucsia que por más que no lo quiera aceptar le queda bien. Viste una camisa blanca que trasluce un poco su brasier y una falta de tubo justo a la rodilla. Se ve bien. Y por supuesto se le cae la baba por mi esposo y él parece no notarlo.

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora