Capítulo 41

10.2K 485 55
                                    


Llevo aproximadamente una hora tratando de decidir qué ponerme. Christian está atendiendo algunas cosas en su estudio, debe estar por venir. Es casi tiempo de ir a la gala de navidad de GEH. Es una cena anual en el marco decembrino que se hace para los empleados y sus familiares. Hasta donde tengo entendido, premian el desempeño de los trabajadores más destacados con algunos bonos millonarios y se pasa un rato agradable. Christian iba cada año, solo por supuesto y no duraba mucho, daba su habitual discurso de agradecimiento, cargado de motivación y huía en cuanto podía. No es muy sociable y estar en medio de sus empleados supongo que es algo con lo que no se sentía cómodo. Espero que este año todo cambie y podamos permanecer un poco más.

Tengo sobre la cama cuatro vestidos, todos largos en distintas tonalidades de verdes, azules y uno solo blanco con detalles color plata. Ninguno me va, hacen que luzca demasiado gorda. Tengo unos cuantos kilos de más y no me siento nada atractiva con mi barriga de embarazada. –Lo siento Teddy, pero haces esto tan difícil para mamá –hablo con mi bebé mientras deambulo del vestidor a la cama y me detengo a verme en el espejo de cuerpo completo que hay en el armario, voy solo en bragas, sostén y medias, mi cabello recogido en un moño bajo cae en ondas sobre mi espalda y algunos rizos sueltos enmarcan mi cara con un maquillaje muy suave.

-Nena, ¿Ya estás lista? –Christian me apremia mientras entra al vestidor y se detiene en las puertas al verme aun sin ropa. Sus ojos se oscurecen y se relame el labio inferior dejándome ver su lengua pasar entre su blanca dentadura. Ignoro lo sexy que se ve y me voy a seguir rebuscando algo con lo que no parezca una piñata.

-No. Nada me queda. Luzco horrible, estoy gorda, redonda y a penas tengo cuatro meses y medio. ¿Puedes imaginarme cuando tenga más tiempo? Ni siquiera querrás tocarme, digo, no vas a poder abrazarme sin sentir que estas tocando un gran costal. –estoy triste y enojada. Cuando lo veo, una sonrisilla juega en sus labios lo que hace que me moleste más. -¿Qué se supone que es tan gracioso Grey?

-Tú –dice y mantiene su actitud arrogante para caminar hacia mí que ya tengo los brazos en jarras y me preparo para atacarlo. Mi diosa interior se ha puesto sus guantes de boxeo y esta lista. –No dejarías de parecerme atractiva ni que estuvieras gorda –abro mi boca-Que no lo estas por supuesto-añade rápidamente –te ves endemoniadamente sexy con esto –toca mis medias-Y esto –acaricia mi vientre hinchado –Aquí esta la prueba de que eres mía. Mi esposa, mi hijo –acaricia mi cuello con sus largos dedos –Lo que decidas llevar estará bien Ana, nadie notaria que estas embarazada si no te viera este bache. Lo digo en serio nena, por detrás luces igual, nada ha cambiado –Baja sus manos por mi espalda y aprieta mis nalgas con cada mano –Aunque... tenemos otro beneficio del embarazo -dice bajito en mi oreja –Esto se ve más delicioso. Es todo un peligro para los hombres que deseen ver lo que es mío.

-¿Me estas queriendo decir que mi trasero se ve más gordo? –No puedo creer lo que acaba de decirme.

-No, no, no nena. Demonios por supuesto que no –Se separa de mí y lleva ambas manos a su melena alborotada. Ya él está listo solo le falta su saco y acomodar un poco su pajarita gris. –Te ves hermosa así, el embarazo te hace más atractiva ¿que no lo notas? Tus pechos están más llenos, tu piel se ve más tersa, tu cabello brilla más y Dios pudiera pasar todo el día admirando tu delicioso culo. –Siento mis mejillas arder y bajo la mi rostro mirándolo entre mis pestañas.

-¿Lo estás diciendo para que me sientas mejor? –murmuro bajito. Un tanto reacia.

-¡Por supuesto que no Ana! –Bufa -¿Quieres ver que hablo en serio? –Asiento levemente y llega veloz a mi lado, toma mi mano y la coloca sobre su entrepierna que está por explotar -¿Lo sientes? Siempre logras ponerme así. Nunca pienses que dejaré de querer estar enterrado en ti. Todo en ti me atrae, eres mi diosa de ojos azules y esto –acaricia mi panza en la que un Ted alegre se mueve –Solo hace que te desee más nena. Amo verte embarazada. Estas perfecta, siempre lo estarás. Nunca pienses lo contrario, por favor. –Sus manos ahora están en mi cuello regalándome suaves caricias tranquilizadoras mientras me mira como pidiéndome permiso para besarme. Acerco nuestros labios y comenzamos a jugar con nuestras lenguas mientras recorre mi cuerpo con sus ágiles manos. –Tenemos algo de tiempo y de verdad necesito perderme en ti cariño –dice mordisqueando mi cuello y tanteando mi sexo -¿estás de acuerdo con eso?

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora