Capítulo 21

11K 498 64
                                    

Ha llegado el día, estamos en el juzgado a solo minutos de tener la audiencia. Mis manos están frías y sudorosas, mi corazón late muy fuerte. No tengo miedo de narrar lo que sucedió, mi miedo es verlo, a Hyde, temo que pueda de alguna manera liberarse y venir tras de mi o Christian o no lo sé, ha demostrado ser capaz de todo al secuestrar a Mía. Christian no lo sabe pero a veces tengo pesadillas con él, revivo lo que paso y el terror que me invadió al saberme en peligro, al haber expuesto a mi pequeño de esa manera, creo que como todos lo dijeron si fui muy ridícula al haberlo hecho.

Dicen que algunas personas tardan en manifestar las consecuencias de grandes traumas, espero que lo que me está pasando no sea que empezaré a tener problemas emocionales por eso, soy fuerte y debo ser fuerte, por mí, por mi Cincuenta y Bip. Me repito mentalmente una y otra vez que debo controlarme y no mostrar ninguna señal de pánico, si lo hago Christian me sacará de aquí y no me permitirá volver. Paso mis manos por mi falda para secarlas un poco y respiro profundo una y otra vez, Christian debe estar impaciente esperándome, me encuentro en el baño.

Un sonido me distrae de mis reflexiones.

-Nena ¿está todo bien? –lo sabía.

-Eh... si, ya salgo.-respondo.

Me miro al espejo, pellizco mis mejillas y pongo mi mejor cara de póker. Estoy lista. Abro la puerta y él está viéndome con cara de preocupación. ¡Oh no cariño! No me gusta ver la incertidumbre marcada en tu rostro –pues entonces deja de hacerlo sufrir-riñe mi subconsciente.

-¿Te sientes bien?- dice acercándose a mi y tomando mis manos entre las suyas. –Estas helada, ¿te sientes mal?

-No. Solo un poco nerviosa. Además sabes que después de vomitar mis manos quedan muy frías.

-¿Devolviste el desayuno? –dice con vehemencia y frunce el entrecejo.

-Solo un poco, Bip está haciendo de las suyas. –intento aligerar el ambiente.

-Debes comer algo ¿Qué quieres? ¡Taylor! –habla apresuradamente y termina llamando al pobre Taylor en un grito que hace que las personas ubicadas cerca de nosotros volteen a mirarnos.

-Christian, baja la voz y no tengo hambre. No quisiera sentirme mal de nuevo. –Taylor llega a nuestro lado.

-¿Necesita algo señor Grey? –nos observa a ambos.

-Sí, Ana necesita comer algo ligero por favor. –Dios es tan exasperante, no tengo hambre, no quisiera tener arcadas en plena audiencia.

-De hecho no lo necesito Taylor, gracias. –miro desafiante a Christian quien hace lo mismo conmigo. Es una guerra de miradas, ver quien gana Grey.

-Tienes que comer algo Anastasia, no seas testaruda en este momento. –dice entre dientes con tono bajo.

-No quiero hacerlo Christian por favor. No ahora, luego lo haré, lo prometo. –pruebo mi táctica de ser dulce. Suspira resignado y pasa una mano por su cabello.

-¿Puedes al menos tomar algo? ¿Un jugo, de arándanos quizás? –no se va a rendir y pensándolo bien un refrescante jugo de arándonos no estaría tan mal, mi garganta está seca.

-Bien, un juego de arándanos muy frío Taylor, por favor.

-Como no señora –asiente y se retira por donde vino.

-Sabes que no me gusta que estés sin comer Ana. –me regaña.

-No lo estoy, lo hice en casa, a tu lado. No quiero comer ahora y que luego mi estomago sea un desastre, al salir de aquí podemos ir a darnos un banquete si es tu agrado, pero no ahora, por favor. –lo abrazo por la cintura y descanso mi mejilla en su pecho. Necesito que me abrace para sentirme segura de lo que estoy por hacer, sé que no será fácil, pero debo hacerlo por el bien de mi familia. Sus brazos me rodean y lo siento inhalar mi cabello.

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora