Capítulo 29

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-¿Entendido? –asiento.

-Responde –demanda en tono neutro.

-Sí señor.

-Bien, empezaremos por aquí señora Grey –su mano acaricia mis glúteos y mi piel se va erizando. Estoy parada en el banco, con cada pie atado a cada pata del mueble con una suave tela de seda mis manos cuelgan del techo, tengo una venda en mis ojos y siento las manos de Christian deslizarse por mi cuerpo cadenciosamente, tiene en ellas un aceite que desprende un olor exquisito.

Es la última vez que jugaremos antes de irnos a la casa nueva hoy mismo. Decidimos despedir el cuarto de juegos, me costó un poco traerlo hasta aquí, pero no pudo negarse a mis encantos, además, necesito esto. Mis golpes de la caída ya no duelen y cada que lo recuerda coloca un poco de pomada en ellos, así que estamos bien. Un azote me hace regresar al presente. Gimo en respuesta.

-Shh. Te quiero en silencio. –otro azote. Y muerdo mis labios para no gemir. –hoy nos divertiremos un poco con esto –introduce su mano entre mis nalgas y sé hacia donde se dirige, pero continuo un poco aprensiva con esto, confío en el, pero no puedo evitar que mis músculos se tensen cuando introduce un dedo en mi ano. Ya ha estado ahí antes, solo debo relajarme.

-¿Confías en mi? –murmura en oreja. Rozándola con su nariz.

-Sí... señor–mi voz en un susurro ronco.

-Bien, tomare tu dulce culo Ana. –trago grueso ante sus palabras, es tan carnal.

Sigue masajeándome pasa por mis pechos y tira de mis pezones sensible. Baja pasando por mi vientre y llega a mi clítoris que hala haciendo que me retuerza de placar y tire de las esposas.

-Calma nena –dice en mi cuello y pasa su nariz por él, me muevo para darle acceso y sigue torturándome con sus manos. Pasa una por mis caderas y aprieta una nalga. Dejo de sentirlo en mi espalda y sus manos ya no están en mi cuerpo. Escucho y sé que busca en los cajones.

De repente lo siento, algo que vibra va primero a seno izquierdo haciéndome gemir lo que hace que me gane un azote. Sigue su trabajo hacia el otro necesitado mientras va bajando por mi vientre y hace que Bip se mueva, también él siente esto. Christian parece notarlo.

-¿Se ha movido cierto? –su tono de voz es inquieto, se ha ido mi dominante.

-Así es –siento su mano acariciar mi vientre. Y luego su boca en él.

-Ya está, ya está –dice pegado a mi vientre causando otra patada -¿estás bien? –inquiere preocupado.

-Sí Christian, podemos continuar, tengo un problema aquí –digo balanceando mis caderas.

-Si estas incomoda solo dilo, ¿de acuerdo?

-¡Sí señor! –deja un suave beso en mis labios y continua con sus atenciones. Siento lo que sea que tiene en la mano vibrar viajando hacia mi centro y luego sus dedos.

-Siempre húmeda para mi, bien hecho señora Grey –y de un solo sopetón introduce lo que ahora sé que es un vibrador en mi interior. Muerdo mi labio para no gemir, cuando estoy a punto de llegar lo saca.

-No... -gimoteo. Lo siento detrás de mí.

-Tranquila, todo a su tiempo. –comienza de nuevo con la tortura y muevo mis brazos tirando de las esposas cuando se introduce nuevamente el consolador en mi siento la otra mano de Christian por detrás abriéndose paso y estimulándome, esta sensación prohibida sigue abriéndose paso en mi interior y crece y crece para luego detenerse de nuevo, haciendo que me frustre. ¡No, por favor!

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora