Capítulo 46

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Mis padres y Bob se marchan a mitad de la mañana y Christian no duda en arrastrarme hasta la habitación y hacerme cambiar con un traje de baño que me negué a llevar puesto que muy pequeño para mi gran tamaño. Ante mi negativa, por supuesto me hizo cambiar de opinión como solo él sabe: con sexo. Es por eso que estoy en una tumbona a las orillas de la piscina de nuestra casa mientras él nada. Se siente bien sentir el sol y el viento en mi cuerpo. Es relajante y mientras no tengo que preocuparme de que nadie esté viendo no termino de sentirme del todo cómoda.

Christian repite cada vez que puede que ama verme embarazada y que nunca dejaré de ser atractiva para él. Sin embargo, es difícil creerle cuando tengo 8 kilos de más –aunque bien distribuidos debo agregar- y logro ver mi propia intimidad. Una sombra me cubre y abro mis ojos para ver a mi esposo mirándome sin descaro.

-Hora de nadar juntos –declara.

-No, no quiero –tomo una toalla para cubrirme un poco.

-No me prives de la magnífica vista Ana. Te ves caliente como el infierno en ese bikini y esto –sonríe de lado-esto es la mejor parte. Una declaración. Mía. –se agacha entre mis piernas y queda a la altura de mi vientre-mi esposa, mi hijo. Y quiero a mi esposa en la piscina. Vamos nena.

Lo sigo sin decir una palabra y me ayuda a introducirme en el agua. Es placentero, se mantiene tibia y tener a Christian sosteniéndome mientras me tumbo de espaldas lo hace mejor.

-Se mueve. Míralo –apunta a mi vientre que esta tan grande que ya se puede ver lo que Ted hace ahí dentro.

-Puedo sentirlo nene. No necesito verlo. –concedo con los ojos cerrados.

-Cierto –recuerda feliz.

Luego de un rato me siento en un escalón muy dentro del agua para que Christian pueda sumergirse antes de llegar a mí de nuevo y comenzar su asalto sensual. Me toca, me acaricia y se deshace de mi bikini.

-Pueden vernos –digo mientras aún estoy consciente. Mi diosa interior es toda una exhibicionista y se abanica ante la mirada de otros la aparto rápidamente –las cámaras –gimo cuando muerde y tira de mi pezón ahora hinchado.

-No están nena. No te preocupes. –dice mientras me devora con esa maldita boca deliciosa. Se retira para ver mi rostro –día libre. CRTV apagado unos minutos. Relájate –bien, puedo con eso.

Hacerlo en el agua fue una grandiosa idea, mi vientre no pesa tanto y mi cuerpo es más manejable. Dios necesitaba hacerlo así sin tener que preocuparme de aplastar a mi hijo no nacido. Cuando sale busca una bata de baño que trajo para mí y me cubre tapándome de las cámaras aun cuando están apagadas.

-No te muevas Ana. Estas mojada y el piso lo está. Puedes caerte. –enarco una ceja en dirección hacia él –solo espera. –me toma de la mano y me lleva cuidadosamente a nuestra habitación para una ducha rápida y un cambio de ropa -¿Quieres comer aquí? Para que luego puedas tomar tu siesta...

-Solo si comes conmigo.

-Lo tienes. Ya vuelvo.

Cuando acabamos la lasaña de pollo se lleva los platos y regresa.

-Atenderé algo de la oficina mientras descansas. Iremos a cenar fuera.

-¿Fuera? ¿Por qué? –no he querido salir más qua al trabajo o a GEH por miedo al asedio de los paparazzis y sus comentarios sobre mi aspecto. Estoy embarazada de casi nueve meses idiotas, no puedo no verme gorda.

-Porque quiero llevar a mi esposa a un buen restaurant...-me mira buscando respuestas-estas actuando extraño nena y no me gusta. Llevas a nuestro hijo ahí dentro no debería importarte tu aspecto en este punto. Acordamos que él es lo más importante ¿recuerdas?-su tono firme es como una bofetada a mi creciente egocentrismo.

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora