Capítulo 49

8K 327 29
                                    

-Duerme mucho Ana, ¿es normal?

-Sí Mía, perfectamente, es un bebé de casi un mes de nacido, es lo que hace. Dormir. –inquiere mi cuñada mientras estamos sentadas en la sala familiar de la casa del Sound conversando.

-Pero es totalmente injusto, solo puedo sostenerlo como media hora y vengo casi a diario, cuando Christian decide dejarme pasar el día con ustedes claro está. –ruedo los ojos y suelto una pequeña risa.

-No es injusto, solo es así como debe ser. Poco a poco irá creciendo y podrás compartir más con él, te lo aseguro. Además, pronto Christian regresará a la empresa y podrás pasarte más pro aquí.

-¡Sí! Nunca creí que lo diría pero necesita volver al trabajo. No nos deja pasar el rato con Teddy. Por cierto ¿dónde está?

-Estaba en su despacho y luego iba a al gimnasio a encontrarse con Claude. Por lo general pasa a chequear antes –me encojo de hombros y Mía pone los ojos en blanco.

-Están dentro de la casa aun. Incluso él lo está ¿Tiene que venir a chequear? –ni te lo imaginas Mía.

-Sí. Es un padre primerizo Mía, le gusta saber que estamos a salvo y no lo culpo por eso. –ha sido tan dulce, no nos deja solos. Siempre está al pendiente y me ayuda mucho con Teddy.

-Bueno, lo que sea, ¿cuándo levantarán tu reposo? Mamá dijo que en unas semanas estarás lista ¿duele? Digo, donde estuvo la cicatriz.

-Cielos sí al fin me desharé de eso. Es un poco molesto y me cuesta levantarme de la cama, por suerte tu hermano ha sido muy atento al respecto.

-Espera y... -la observo sopesando como decir lo que sea está en su mente- y ¿como han hecho con el sexo? –abro mis ojos abruptamente –me refiero a que ustedes dos se veían tan... como decirlo... tan sensuales y no apartaban las manos del otro.

-¡Mía! Ahora suenas como Kate, Dios, no puedo creer que pregunten eso. Son tan ¡exasperantes! –ahora no te hagas la tonta, murmura mi subconsciente. Lo hemos estado pasando bien con algunos juguetes y nuestras manos y nuestras bocas. Mi Diosa interior suspira pesadamente. Lo extraño, pero aun estoy un poco tímida con respecto a los cambios que han ocurrido en mi cuerpo. Ya no tengo una gran figura y estoy segura que mi pequeña protuberancia de mamá está aun en mi abdomen y no se cuan atractivo resulte eso. Pero como siempre, a mi Cincuenta parece no importarle eso, es tan caliente. ¡Demonios! No es un buen momento para pensar en eso.

-¿Qué? –susurra inocentemente –era solo una pregunta, pero bien, no quiero los detalles. Solo preguntaré ¿Lo están pasando bien? –sube y baja las cejas de forma sugerente.

-¡Oh Dios! ¡Mía! –me levanto del sofá con el interfono para escuchar a mi bebé en la mano.

-Ana, no te hagas la tonta. Después de todo hicieron a mi sobrino así ¿o no? –me volteo apenada y exasperada.

-Mía, es nuestra vida privada .intento explicarle.

-Pero... continua empujando.

-¡Bien! Sí Mía, estamos bien. Solo déjalo –comienza a dar saltitos y a gritar. No puedo creer que lo haya dicho, aunque realmente no dije nada, pero es solo algo que no necesita saber. Ni siquiera entiendo porque debe preguntar. Es algo que yo nunca preguntaría a ella o a Kate, quienes son las que han estado tratando de indagar sobre mi vida sexual.

-¡Lo sabía! Se lo diré a Kate –me volteo fulminándola con la mirada.

-No lo harás Mía –se detiene en seco y levanta sus manos en rendición –Y no grites, que Teddy se despertará.

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora