Capítulo 38

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Veo a Christian colocarse la corbata frente al espejo. Lleva un traje azul marino y una corbata de un azul un poco más claro con camisa blanca. Hoy me dijo que antes de año nuevo tenemos que asistir a un evento de Grey House, es la fiesta anual que hace la empresa a sus empleados, en la que se hacen sorteos de jugosos premios cortesía de la empresa, es decir, mi esposo. Él insiste en que hace ese tipo de cosas porque debe tener felices a sus empleados para que hagan un buen trabajo, pero tengo claro que lo hace porque es muy generoso y le gusta ayudar. Es como él lo llama, re distribución de su riqueza.

-Este muy guapo –digo llegándole por la espalda.

-Usted no se queda atrás señora Grey –responde girándose. Llevo un hermoso vestido hasta los tobillos rojo que se ajusta a mis nuevas curvas y permite que se vea mi bultito. Zapatos altos dorados y joyería regalo de mi esposo. Mis manos van a su corbata para arreglarla un poco de un lado y él levanta la barbilla para que pueda hacerlo mejor.

-Perfecta –admiro mi breve trabajo.

-Como tú –besa la punta de mi nariz y me atrae hacia él.

-Oh no señor Grey –digo al sentir como se va endureciendo. Los regalos se abren después de la media noche.

-Pero quiero mi regalo ahora –protesta -Bueno, uno de ellos, porque ustedes, mi hijo y tu son mi mejor regalo –oh Dios es tan tierno. Mi diosa interior hace muchos días que esta derretida de amor en algún lugar, solo se viste de fulana y sale a relucir en algunos momentos pero la mayoría del tiempo yace extasiada y mi subconsciente me hace saber que tengo días portándome muy bien.

-Y tú eres el mío –lo beso castamente - Pero ahora, hay un montón de gente que vendrá a nuestra casa esta noche y no podeos hacerlos esperar. –busco su mirada y no parece estar muy de acuerdo –te compensaré.

-¿Cómo? –aparece ese brillo tan conocido en sus ojos gris platino.

-Sorpresa –digo emocionada por la anticipación –Vamos, debes ayudarme a bajar –muestro mis pies –y hace una mueca de disgusto. Mi esposo temperamental hace su aparición.

-No me gusta que lleves esa trampa mortal en tus pies Ana.

-¿Desde cuándo los consideras armas mortales? Si más no recuerdo la mayoría, por no decir todos los que están en nuestro closet los compraste tú Grey, así que, los llevaré.

-Desde que llevas a nuestro hijo en tu vientre y puedes caerte. Los compré para ti, pero no es un buen momento para que los lleves.

-mientras pueda hacerlo y bip me lo permita lo haré, asi que ¿me ayudas a bajar o lo hago por mi misma?

-¿Por qué tienes que ser tan terca? -murmura entre dientes y pasa una mano por su cabello.

-¿Por qué tienes que ser tan controlador? –le regreso.

-Porque los quiero a salvo. No puedo imaginarme que algo te pase porque no supe cuidarte. Cuidarlos –se corrige.

-Nada pasará, bajaremos a compartir con nuestra familia y tendré cuidado –intento calmarlo.

-Siempre ganas Ana –levanta sus brazos en señal de derrota.

-no siempre –continuo y pone los ojos en blanco –se de alguien que se pone furioso cuando le ponen los ojos en blanco –musito en tono bajo.

-Y yo sé de alguien que nunca hace lo que le dicen –levanta sus cejas hacia mí y luego pone cara de póker. No Grey, no me convences.

Permanecemos callados retándonos con la mirada hasta que habla.

Christian y Anastasia Grey: Nuestra Pequeña Familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora