Apocalipsis.

"Día de perros."

-¿Qué nunca comes?-me ignoró, así qué intenté cambiar de tema- ¿por qué te cambian los ojos de color? cuando me sacaste del agua eran de color verde esmeralda y han pasado a ser marrones.-ni se dignó a contestarme, agachó la mirada y salió de la cueva.

No lo entendía, ¿su comentario tenía algo de hóstil? podría haber resoplado o soltar algo para que me callase al instante, pero salió de allí con cara de poquer, Jake era demasiado extraño, algo me ocultaba, y yo lo averiguaría.

No sé cuanto tiempo pasé acurrucada a mi maleta esperando a que volvíera. Aquello estaba demasiado oscuro, así que fui a la entrada de la cueva y me tumbé en el cesped.

Desde allí podía escuchar como cantaban los pajaritos y los insectos que iban y venian de las flores. Sin duda me encantaba la naturaleza y observar sus colores. El Sol brillaba con fuerza y cerré los parpados.

-Hola, ya he vuelto-dijo tranquilo.

Abrí un ojo y coloqué una mano en la frente haciendo de sombrilla.

-Ya lo veo, he supuesto que no eres un olograma-mi tono era despectivo, estaba algo molesta- Pensaba que no volverías, ya me estoy acostumbrando a eso de que me abandonen.

-Perdona, tenía cosas que hacer. -llevaba una caja en las manos.

Me levanté sin mirarle y entré en la cueva, igual de oscura y fría. ¿esta iba a ser mi casa? Ni de coña, que horror.

Oí unos pasos y Jake se sentó poco a poco a mi lado con aquella caja.

-Abrela-me la entregó- Es para ti.

Cuando la cogí noté como algo se movia dentro, arranqué el celo que la mantenía cerrada y di un grito de sorpresa. ¡Era un cachorrito de perro! Exactamente un pequeño o pequeña Bulldog francés. Lo saqué de la caja corriendo y lo sujete entre mis manos acariciandole la cabezita. Era de color marrón canela y de tripa blanquezina.

-Dios mio, ¡qué monada por favor!-Jake sonreía burlonandose de mi actitúd infantil- ¿de dónde lo has sacado? - yo seguía jugando con él- Uy es un chico, ¡mira tiene pene!-me interrumpí a mi misma.

-¿Es usted zoofilica Sra. Cavalloforte?

-No, por eso no me gustáis vos, Sr. Stinson, las hienas pervertidas no son de mi agrado.

- JA-JA-JA -se burló- veo que estáis de mejor humor. Referente al perro, lo he encontrado cuando estaba...-silencio su habla de forma repentina-...cuando estaba haciendo mis cosas.-su mirada era seria.

No quise preguntarle sobre que había hecho, no lo consideraba una buena idea, además, ¡me había traído a un amigito!

-Le llamaré...mmm ¡Marco! -achuché su carita contra la mía- ¿te gusta Marco?-Marco sacaba la lengua- Sí, si que le gusta- Marco dile hola a Jake El Capullo -acerqué al cachorro al rostro del chico.

Algo extraño sucedió entonces.