Apocalipsis.

"Nuevos amigos."

Anni.

Hacía calor, muchísima calor. Me levanté toda sudada.

-Puaj-me pasé la mano por la frente.

Si no salía de allí pronto estaba segura de que me fundiría en el fondo del camión como los helados.

Abrí las puertas y la luz inundo el pequeño rectángulo.

¡Estaba sola! No había ni rastro de Jake y Marco.

Lo de Jake era normal, pero ¿qué desapareciera Marco? ¿el cachorro qué se pasaba el día pegado a mi culo? Y además con Jake, y ellos dos se detestan.

Comí algo antes de salir en su búsqueda.

Por mucho que buscara y gritara sus nombres ninguno de los dos daba señales de vida.

Jake.

-¡Es hora de comer!-dije mirando el cuello de mi presa.

Marco sentado a mi lado devoraba con ansia un trozo de carne.

-¿Tenías hambre verdad chucho?-me reí.

Otra caracteristica interesante sobre nosotros es que no necesitábamos dormir. Nisiquiera recordaba que se sentía al hacerlo.

Como no tenía esa necesidad me quedé observando a Anni toda la noche mientras dormía. ¡Era tan dulce!...

Cuando salió el Sol llevé a Marco de caza conmigo; él parecía hambriento, y a pesar de nuestras diferencias, congeniamos de perlas.

Así que allí estaba, chupándole la sangre a un pobre Bambi.

Un tanto asqueroso la verdad, pero como sabía que ese iba a ser mi alimento durante bastante tenía que ir acostumbrandome. Un leve escozor se apoderó de mis ojos y supe al instante que estaban cambiando a color verde pistacho.

-¿Quieres saber por qué me cambian los ojos de color, chucho?-Marco asintió- Veras, pueden cambiarme por dos cosas; la primera, porqué estoy hambriento, es decir, si mis ojos se muestran de color verde esmeralda todo perfecto, para ti, para un humano no tanto, ya que significa que acabo de darme un festín con sangre de su raza. -tomé un respiro para coger oxígeno- Si están del color que tengo ahora, un verde pistacho, es porqué me he alimentado pero no completamente, es lo que pasa cuando te alimentas de un animal o de un humano viejo. A medida que pasan las horas el color va volviéndose cada vez más marrón, si paso semanas sin comida se volverán rojos, y si pasa un mes o dos se tornarían de color rojo y negro-me acordé de Nea- Y lo segundo, también cambian dependiendo mi estado de animo, si estoy tranquilo son verdes, si estoy furioso rojos, ¿entiendes verdad?

"Shi entendo" dijo Marco utilizando la telepatía conmigo. Su voz era como la de un niño de tres años y hablaba bastante despacio.

-Hombre pensaba que eras demasiado pequeño como para utilizar la telepatia.

"Pueh pensaste mal chupazangre" sus palabras resonaron en mi cabeza burlonas.

-Ten cuidado con lo que dices, chucho. Si aprecias tu trasero, debes saber que estoy loco.

"Sip, ya lo sé, y sería geniah que aparesiera Anni ahora mismo y te viera hablando conmigo, te ibas a dar cuenta de lo que es ser un loco"

-Tal vez cree que estoy loco cuando me vea ahoracando a su querido perrito.

"Vale, ya me callo, eres malo Jake" y volvió con su pedazo de carne.

Anni.

"Bendita gloria" pensé mientras me lanzaba al agua cristalina del lago donde me rescató Jake. Lo había visto en la búsqueda de esos dos y no pude resistirme a lanzarme al agua.

"Esto es vida". El agua acariciaba cada centímetro de mi piel desnuda. Me sumergía una y otra vez mientras me refrescaba por completo. Debajo del agua podía ver como los rayos de Sol llenaban de luz y color el fondo del lago, que estaba lleno de peces de colores y algas de agua dulce.

Pasadas unas horas resoplé ante la idea de tener que salir de allí, pero era la unica opción si no quería tener aspecto de pasa. Me sumergí por última vez para saborear aquel mundo multicolor que había bajo mis pies.

Saqué la cabeza poco a poco con los ojos cerrados y caminé por la orilla echando mi pelo hacia detrás. "Eso del nudismo no estaba tan mal".

Abrí un ojo para buscar mi mochila.

-Hola.

Sin pensarlo dos veces me lanzé al agua y cubrí mis pechos con las manos.

Eran Jake, y Marco.

-¡Jake pero no ves que estoy desnuda!-repliqué.

-¡Anni pero no sabes que ya te he visto desnuda!-contestó utilizando mi mismo tono.