Apocalipsis.

"Ultimatum."

-¿Matarme, ella, a mi? -sí, Jake, sí.

-No, a mi madre, no te jode. Subnormal. -saltó Nea.

-Subnormales es lo que sois todos los tíos. -un aplauso a Anni, por favor.- Aquí nadie va a matar a nadie. Y fuiste tú el del camión ¿por qué fuiste tú, no? -él subnormal número 2 asintió- puedes explícarme ¿por qué esa quiere matar a mi hijo?

Hijo. Hijo. Se le llenaba de orgullo la boca solo decirlo. Se moría por ver la cara de sus padres cuando apareciera en nny con un hijo y les dijera "¡Eh! ¡tenéis un nieto! ¡mamá, mamá! ¡no te desmayes aún, qué ahora viene lo mejor, es mitad pez mitad humano! ¡papá échale un poco de agua para qué despierte, qué no he acabado! ¡este de aquí es un vampiro!". Bueno, tampoco era cuestión de mandar al otro barrio a su madre...

-¿No te lo ha explícado tu novio?

"Gracias Jake, ante todo sinceridad."

-No, mi novio no me ha comentado algo tan irrelevante como eso. ¿Para qué iba a contarmelo? -replicó Anni con rintintin."Subnormal, Subnormal número 1 con razones." Jake se levantó y caminó poco a poco hacía la puerta principal.- ¿a dónde crees qué vas?

El ya nombrado anteriormente se encogió de hombros sobresaltado.

-Voy a buscar a esa zorra. -entre esa, zorra y otros sinónimos, la estaban poniendo fina.-

-Tú no vas a ninguna parte hasta que no aclaremos esto.- Y si fuera hombre hubiera añadido un sutíl, "por mis cojones que no."-

-Tu novia tiene carácter, me gusta, llama al volver, a ver si cuando entres estoy yo aquí dándole otro bebé...

Tras ese comentario del viejo, Anni tuvo un serio debate por si realmente había acertado en darle el puesto número 1 de subnormal a Jake en vez de al cavernícola que tenía en frente.

-Que te lo explique Nea, tengo prisa. -dio un paso hacia la puerta y se detuvo- y tú, dinosaurio, tócale un pelo, y eso de ir haciendo bebés se va acabar- y para finalizar añadió un gesto con los dedos como si estuviera cortando algo.

Algo llamado órgano sexual masculino.

O pene.

O pito.

O poll...en fin, eso.

Tras lo dicho, saltó del porche de 15 m, metro arriba metro abajo, dejando a Anni con un bebé sireno, un vampiro de hace tropecientosmilaños y un perro parlanchín. Aquello empezaba a parecerse más a un mal chiste que a otra cosa.

-¡Artemisa! ¡¿Dónde estás?!- gritó rompiendo el canto de los pajarillos.

-¿Me buscas, Kaje?- su peor pesadilla había aparecido.- Si estás aquí es por qué ese neandertal ha cumplido con su deber, ¿no? -la olímpica se agazapo para observar a un conejo blanco que había por allí cerca- ¿estás enfadado?.

-Oh, no, ¿cómo voy a estar enfadado contigo Artie? solo quieres matar a mi hi...bueno lo que sea eso de mi no...- "Mierda, malditos detalles por aclarar".

Ella seguía cautivada con la naturaleza que le rodeaba, y él caminaba en pequeños círculos, pensando como podía estar tan tranquila esa arpía.

Sí, arpía.

Otro sinónimo más para la lista.

-¿Quieres la hoja de reclamaciones o algo así? te hubiera enviado a Hermes, pero estaba ocupado, y aunque Nea no tenga sandalias aladas, contigo ya tiene bastante pluma.

Si esa puerca no acababa de darle un golpe bajo recurriendo al humor que bajáse Zeus y lo viera...Como se notaba que aquello era el apocalipsis. Dentro de poco el Hades se congelaría, sí, seguro.

-Estoy harto de amenazas, dile a los de tu calaña que busquen otro culpable para todo esto. -se acercó a la agachada diosa y le tocó el hombro para que se girara.

-¿Prefieres morir?- clavó su mirada en la mía.

-¿Moriré igual haga lo que haga, no? si no mato a Zion, me matarás tú, y si no lo mato moriré vete a saber tú porqué razón. Creo que casi prefiero morir en tus brazos. -se burló de ella.

En una milésima de segundo, Jake se encontraba a escasos centímetros del suelo, y con la garganta rodeada por su huesuda mano. Notó como se le nublaba la vista y tenía dificultad al respirar.

-Me olvidé apuntar en ese libro que no solo te vuelves mortal cuando tocas el agua, también al entrar en contacto con un dios. -los ojos de Artemisa se volvieron completamente negros, negros como la oscuridad más profunda.- ahora escuchame - en la mano tenía el conejo que hacía unos segundos estaba observando, el pequeño se retorcia igual que Jake, intentando escapar de esa fuerza divina.- ¡Vas a matar a ese niño! ¡tienes tres días! ¡única e exclusivamente tres para segar su corta vida, o acabaré yo con la tuya, machacando antes la de gente que amas!

Antes de que pudiera decir nada, observó como sin ningun escrúpulo le torcía el cuello al pobre animal. Temiendo seguir la misma suerte, cerró los ojos, y perdió la conciéncia debido a la falta de oxígeno. La oscuridad que antes veía en los ojos de Artemisa, acababa de deborarlo a él.