Apocalipsis.

"Viejos amigos."

Y allí estaba Jake, con la boca y el pecho llenos de sangre. Sus ojos eran rojos como el fuego.

-¡QUÉ ENTRES JODER!- me empujó a dentro con violencia tras cerrar la puerta.

-¿Qué cojones pasa?-grité.

-Cállate.

-JÁ-resoplé- ¿copias mis palabras?¿no tienes personalidad?-me burlé.

-Cierra la p*uta boca, ya.

-¡Púdrete!-volví a resoplar y me senté con Marco.

Él se quedó de pie, o eso creía porqué con la cerrada no se veía una m*ierda. El encendión un candil como si me leyera la mente.

-¡Luz al fin!-mi pequeño momento de alegríaa acabo en cuanto vi su rostro en la total seriedad- joder, perdón, ¿mejor ni te hago preguntas no?

-No es eso...

Jake, una hora antes.

Por fin se puso el Sol, la fuerza empezaba a crecer en mi interior a medida que los minituos pasaban. Salí de la cueva a toda h*ostia en busca de Anni. Podía sentir su olor como si fuera un caminito de polvo fosforecente que me indicaba por donde debía ir. Tras un largo rato percibí un olor diferente al de Anni. Uno de los míos. Mis colmillos crecieron al instante y un gruñido vibró en mi garganta. Olisqueé con los ojos cerrados para saber donde estaba.

Aceleré el paso, -y con eso me refería al equivalente de un humano corriendo con todas sus ganas-

Alfin encontré lo que buscaba.

Junto a un camión había un hombre arañando sus paredes; era alto, muy alto podría decir que unos dos metros aproximadamente. Su cabello era de color negro azabache y le caía por los hombros en cascada. Seguía gruñiendo hasta que se detuvo para olisquear y mirar en todas direcciones cuando se topó con mi mirada. Sus ojos se mostraban rojos y negros lo que era un buen indicador de que estaba hambriento, muy hambriento. En el cuello llevaba un collar de cuero con un hueso colgando. El cual me resultaba de lo más familisr. Yo había visto ese collar antes. "¿Pero qué cojones?".

-¡¿Nea?!-musité.