"Demasiadas preguntas."

521 17 0
                                        

Marco ladró a Jake, y este le miró fijamente, sus ojos volvían a ser marrones. Contemplé silenciosa ese duelo de miradas, hasta que el perro ladró con todas sus fuerzas, a lo que Jake respondió con un gruñido seco. Marco saltó de mis brazos y salió corriendo a esconderse en mi maleta. Podía oir como sollozaba y lloraba.

Miré al chico de cabello color miel intentando entender que había pasado. Su rostro mostraba odio y agresividad.

-E..esto ¿parece que no le caigo muy bien no?-cambió su expresión a una más relajada.

-Y que lo digas.

Llegó la noche. Marco, tumbado en mis piernas, miraba aburrido el fuego que iluminaba la cueva. Jake y yo hablabamos sobre nuestras vidas, bueno, sobre mí vida, porqué él no me contó mucha cosa además de que estaba contento de perder de vista a sus padres adoptivos, que todo lo que estaba pasando era algo normal, y que se alegraba de conocerme.

-Me gusta mucho cocinar -dijo, "pero no comer" pensé- ¿Y a ti?

Su piel iluminada por el calor de las llamas adoptaba un color irresistible, su pelo ahora estaba seco y rizado, los mechones miel resaltaban más con ese tono de piel. Mi corazón latía más deprisa cada segundo que le observaba. Entonces me miró fijamente y enrojecí. Bajé la mirada avergonzada.

-A mi también-conseguí decir.

-Mira, tengo algo que nos alegrará un poco-sacó una botella de Vodka Absolut de una bolsa- Vamos a pasarlo bien.

Llenó dos vasos hasta arriba de alcohol.

-¿Has jugado al "yo nunca nunca"?-me ofreció uno de los vasos.

La verdad es que nunca había bebido, tal vez un chupito o dos alguna noche, pero nada comparado con esto. Aquel vaso de plastico enorme me asustaba, no literalmente claro, -¿quién se asusta por un trozo de plástico?- lo que mee asustaba era la remota idea de que podrían sucederme 2 cosas; Coger un buen pedo y vomitar hasta las tripas o decir cosas que no deberían decirse en voz alta y quedarse en mis pensamientos.

Mi padre solía decir que el alcohol dejaba abierta la puerta de tu cerebro y la gente accedía a él de una manera más fácil.

-No, nunca he jugado-respondí finalmente.

-Tienes que decir, por ejemplo; "yo nunca nunca he caminado" y si has caminado tienes que beber, ¿entiendes?-asentí- Bien, pues empiezo yo. Yo nunca nunca mmmm-miró su vaso pensativo- he sido abandonado por mis padres en una carretera.

Los dos le dimos un trago aquella bebida transparente, mi error fue pensar que sería como agua. Noté que me ardía la garganta como si se tratase de gasolina ardiendo o algo peor. ¡Puaj! el sabor era todavía peor, aquello era pura colonia, sin duda alguna, necesitaba una botella de refresco o algo con que mezclar.

Arrugé la cara con cierto desprecio y el rompió a reír descontroladamente, si algo sabía es que podría escuchar su perfecta risa durante horas y no me cansaría jamás.

-Me toca-dije.

No tenía ni la más remota idea de que preguntar, aunque aprovechando la inociencia de el juego podía sacarle información.

-Yo nunca nunca...he tenido relaciones sexuales -añadí.

Tierra tragame. ¿¡PERO QUE CLASE DE INFORMACIÓN PRETENDÍA SACARLE CON ESO?! "Si ya dices estas mierdas sin ir borracha no me imagino con unos tragos más". Agaché la cabeza esperando que se hubiera largado sin decir nada como antes, pero eso no paso, Jake agarró su vaso y dió un buen trago.

¿Con quién lo habrá echo? ¿con cuantas chicas? ¿las querría de verdad? Demasiadas preguntas.

Apocalipsis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora