Apocalipsis.

"Entre la naturaleza."

"Fin del flashback"

-Creo que ya va siendo hora de movernos, ¿no crees?-dijo Anni levantándose de la cómoda hierba mientras el sol brillaba con su total intensidad.

-La verdad es que sí, no me gusta mucho el Sol...-respondió Jake poniendose en pie también.

"Caro Jake, enviale máz indirectas de que ereh un Vampiro" le dijo Marco telepaticamente.

"Mierda...Tienes razón, pero normalmente los humanos están mal informados por la televisión y internet, creen que no podemos salir de día por que explotaríamos como palomitas, así que, no creo que sospeche nada" contestó Jake. 

-Hey, vosotros dos, ¿se puede saber qué hacéis? ¿un duelo de miradas o qué?-refunfuñó ella.

-Perdona, es que ahora somos colegas ¿sabes?- Jake cogió a Marco y le dió un abrazo.

"A Marco no le guzta que le hagas eso, sueltame" dijo Marco, "Shhhhht, con la bonita pareja que hacemos" río Jake mentalmente. "En zerio, zueltame ya, o Marco te moldera donde maz duele"

Si algo le hacía gracia al griego era que el chucho utilizara la tercera persona para hablar.

-Bueno, si ya habeís acabado, vámonos -señaló un camino entre los arboles.

-¿Estás loca Anni? no vamos a ir por el bosque, a saber que tipo de animales hay sueltos por esa zona...

-Pensaba que mi acompañante era un terrible caza tigres...-se burló ella- Anda, vamos, allí el único animal que voy a encontrarme va a ser contigo, G-A-L-L-I-N-A.

Tras soltar la última palabra cogió su mochila y empezó a correr a toda prisa con Jake y Marco detrás. Obviamente él podría haberla alcanzado en un abrir y cerrar los ojos, pero le siguió la corriente.

Con la respiración entre cortada y el pulso disparado se dejaron caer en el suelo acolchado de hojas secas. Aquel lugar era espectacular; los arboles eran tan altos que no se veía ni el cielo, todas las hojas eran de color verde cazador. Tan solo unos pocos rayos de sol alumbraban el lugar, dándole un pequeño tono siniestro. Tras unos minutos observando, Anni vió algo distinto en uno de los arboles más soleados. Se levantó sin decir nada y fue hasta aquel árbol.

En el tronco, a la altura de sus rodillas había un tablón de madera clavado con un tornillo en cada esquina, y unos centímetros más arriba otro, y más arriba otro, y seguían hasta un gran mata de frondosas hojas verdes que no dejaban ver más allá.

Anni, como una chica curiosa que era, decidió investigar a donde llevaban esa especie de escaleras. Subió poco a poco hasta llegar a las hojas que le cortaban el paso. Tras una disputa con ellas y algunos arañazos en los brazos, se hizo paso entre la flora. Abrió los ojos como platos al descubrir que tras aquel montón de maleza estaba nada más ni nada menos que la casita de arbol más grande que había visto jamás. Eufórica, con la ayuda de una cuerda que colgaba subió al porche de la casa flotante. "¡Aquello era precioso!", la casita, -más bien casaza- ocupaba cinco arboles, cosa que podía saber porqué estaba atravesada por cinco troncos diferentes; uno en cada esquina y el último en el medio.

Era del mismo verde que las hojas, seguramente para camuflarla. Abrió la puerta color caoba y se metió dentro de la casa como si nada.

-¿Hola?-preguntó, pero nadie le ofreció una respuesta, o le disparó por allanamiento de morada.

La luz solar entraba con fuerza por las ventanas que habían repartidas en las paredes. No entendía para que intentaban camuflar la casa con el color de la madera si al fin y al cabo aquella era la parte con más luz de todo el bosque, y quisieran o no, llamaba bastante la atención.

Las paredes eran del mismo color caoba que las puertas, los marcos de las ventana y el suelo.

Enfrente suyo un sofá blanco como la nieve estaba empotrado en la pared y en medio de la sala, debajo de una lampara con forma de sol, una mesa con cuatro sillas y un jarrón llenaban el diminuto espacio. 

"No puede ser, la casa por fuera parecía enorme y además había cinco troncos y yo solo había visto uno, el del medio que era por el que había subido", y entonces vió que la pared de la izquierda tenía dos puertas y lo mismo en la de la derecha. 

Cada puerta tenía una palabra escrita en su madera, en la primera de la izquierda, HABITACIÓN, en la segunda, COCINA, en la primera de la derecha LAVABO y en la última DESPENSA. 

-Bravo- aplaudió Anni - ¡qué nombre tan originales Dios mío!...

Estaba apunto de abrir la "Habitación" cuando...

-¿Qué haces?-dijo una voz a su espalda, y ella en un acto reflejo le atesto un puñetazo en plena cara.

-¿Jake?-preguntó y el soltó un gemido de afirmación- me cago en la puta Jake, ¿qué cojones haces aquí?

-Eso te estaba preguntando yo a ti- refunfuñó el con las manos en la nariz- Joder, casi me la rompes Anni.

-Bah, entonces ni se te ocurra acercarte a mi por la espalda con un objeto punzante-bromeó.

-No, tranquila -apartó sus manos de la cara- Ahora dime ¿qué haces aquí?

Marco que estaba entre las piernas de Jake seguía riendose através de la telepatía. Él, molesto por tener que soportar las burlas en su cabeza le dió un empujón con el pie y el perro gimió.

"Eres malo" dijo, y ahora el que reía sin parar era Jake.

-Pues lo mismo que tú-rodó los ojos la chica.

-Yo estaba buscándote, así que entonces tú estabas...¿buscandote a ti misma? no sé, un tanto peligroso tu método, tenía entendido que el yoga, el budismo y esas cosas eran lo mejor, pero jamás había oído hablar de subirse a sitios sin una cuerda de seguridad, abandonados y sin avisar a nadie de donde vas-respondió con sarcasmo.

-JA-JA-JA, ¿sabes cual es otro de los mejores métodos?-tomó una pausa- cortarle las pelotas a un extraterrestre.