-Y...¿hay muchos como tú?- preguntó ella con un brillo de curiosidad en los ojos. Había visto a mucha gente extraña, gente que tan solo podía ver por las noches, gente que era algo arisca...en una ocasión mientras iba en su pequeña enbarcación por los pequeños canales de Venezia, se detuvo al escuchar un rugido hueco.
El aire que olia a agua, a gente y a tabaco de los bares se había mezclado misteriosamente con el silencio.
Se tumbó en la barca, dispuesta a seguir contemplando las estrellas. El rumor del agua golpeaba la madera. Estaba pasando por uno de esos tantos tuneles que adornan la ciudad de Venezia cuando volvió a escuchar aquel sonido. Unas pisadas resonaron por encima del puente. Fuese lo que fuese estaba allí encima suyo.
-¿Dónde crees qué vas, gnocca?-la voz era masculina, y había terminado su frase con una palabra italiana para decir "tía buena".
-Donde quiera, sucio chupasangres.-contestó una voz femenina, segramente la "gnocca", lástima que no pudiera verla para juzgar si aquella palabra era la correcta.
Anni simplemente pensó que se refería a que no le dejaba respirar, o que le agobiaba, ahora tras lo revelado por Jake, ya no estaba tan segura.
-Ahora digamos que ya no quedan muchos.-respondió con pura decepción- esto a afectado tanto a humanos como a vampiros y seguramente a otros seres.-acomdó bien su almohada.
-¿Otros seres?-dijo frunciendo el ceño- vale, es mejor no saber. Y bueno dime, ¿todos son tan fuertes cómo tú?
-Antes lo eran.-Jake soltó un largo y exasperado suspiro.
Añoraba los días en los que los vampiros eran guerreros. Las nuevas generaciones eran casi tan débiles como los humanos de los que se alimentaban.
El mundo antes del apocalipsis se había convertido en un supermercado. Puesto que los humanos ya no se entrenaban para la guerra y convivian en grandes ciudades donde eran presas fáciles para la reinante falta de moral, los vampiros ya no tenían que luchar para alimentarse. Solo tenían que entrar en cualquier bar o club nocturno, localizar a algún borracho, del sexo que fuera y llevarlo al exterior para arrancarle la sangre de su cuerpo. Sin luchas. Sin persuasión.
Incluso los vampiros disfrutaban del concepto "Comida rápida".
-¿Qué más quieres saber Anni?
-¡Todo!-su tono era alegre y le recordó al de una niña pequeña.
-¿A qué te refieres con todo?
-Creo que me refiero a qué mierdas ha pasado con el Mundo, en primer lugar.
-Está bien, todo ocurrió hace 2 años...las dos personas que iban conmigo en el coche, no eran realmente mis padres como ya habras deducido.
Después de la muerte de mi madre y mi padre, jamás lleve a cabo mi venganza. Atenea no tenía ninguna culpa, por la arrogancia de mis padres su hija estaba muerta. Además mis poderes eran ridiculos frente los suyos, y si alguna vez consiguiera llegar a ella estoy seguro que acabaría aplastandome como a una cucaracha sin ni siquiera despeirnarse.
Como había sido mordido a los diecisiete años, mi fisico siempre estaria en esa edad. Los primeros siglos aquello carecía de importancia, hasta que hará unos años empezaron con las leyes.
Mandé hacer carnets de identidad, pasaportes y demás al nombre de Jake Stinson de 20 años. Lo que no caí es en que a esa edad no era mayor de edad.
El tiempo pasó hasta que me arrestaron por partirle la cara a un tío. Evidentemente podría haber matado aquellos malditos policias y volver a rematar la faena con aquel borracho apestoso que me había apuñalado. "Tranquilo chico, podemos conseguirte una buena casa" no pararon de repetirme, y yo como estaba tan cansado de estar solo en aquel mundo, acepté entusiasmado con la idea de conseguir algo de cariño.
Mis nuevos padres eran todo lo contrario a mi. Eran pijos, cursis, repelente, moñas, en conclusión, no eran de mi pasta.
Pensé en darles una oportunidad, los pobres habían perdido 2 hijos en un accidente, ¿quién era yo para hacerlos sufrir?.
Leí sus fichas, donde explicaban sus gustos, aficiones y demás.
La primera ficha era de la madre que respondía al nombre de "Julien Fox", en la esquina había una fotografia enganchada al amarillento papel con un clip. Como ya me imaginaba no le llegaba ni a la suela de los zapatos a mi madre, aquella mujer de unos 40 años llevaba una permanente horrible, gafas de pasta y una camiseta ortera. Parecía sacada de una biblioteca y no de uno de los barrios más ricos de California. Le gustaba jugar al golf, -típico de ricos, pensó Anni- Dibujar y no trabajaba. -otro topico de ricos-
El hombre, llamado James Fox, era lo contrario a ella. Bien arreglado, y un rostro masculino atractivo para su edad. No poseía ningun gusto en particular, salvo hacer surf de vez en cuando y pasear con su mujer. ¿Su trabajo? científico. Y unos de los buenos.-explicó Jake.
-¿Pero, qué tiene que ver esto con lo qué te he preguntado?-interrumpió Anni, que no le encontraba sentido al relato de sus padres adoptivos.
-Te lo explico todo para que luego no estes haciendome tu típico interrogatorio.-contestó él un tanto molesto- Ahora cállate y escucha, por favor. El día que me llevaron a lo que iba a ser mi futura casa empezé a preguntarme si había echo bien en aceptar aquello. No sabía como iba a alimentarme, ni de que. Siempre me he alimentado de humanos, pero de aquellos que sabía que su corazón estaba podrido. Aunque de aquellas personas solo me alimentaba en cuestiones puntuales, el resto del tiempo, Ken, un amigo mío del hospital al que revelé mi secreto, me conseguía sangre facilmente.
Durante unos meses todo fue sobre ruedas; Ken me pasaba sangre de cualquier modo, por carta, quedabamos en algun parque o simplemente le hacia una visita en el hospital. Fui acostumbrandome al olor a tabaco de pipa y whisky que desprendían todas las habitaciones.
Todas las habitaciones menos una; el laboratorio de James. Aquella sala no olía a nada de nada. Solía entrar cuando me aburría, pero era una mala idea pensar que unas fórmulas químicas lo arreglarían y salía más aburrido de lo que entraba.
Jamás le había dado importancia al trabajo de mi padre, me sostentaba con tener un techo con alguien que se preocupara de mi, hasta él día que llegó la carta.
-¿Qué carta?-interrumpió otra vez.
Jake puso los ojos en blanco, cosa que era señal de que debía dejar de hacer preguntas.
-Ninguno de los dos quisieron dejarmela leer, y eso me enfureció muchisimo, volví a repetirles que quería leerla, pero lanzaron la carta sl fuego de la chimenea. Sentía que cada trozito que se consumía en el fuego alimentaba más mi odio. Y entonces les mostré mi lado salvaje. Con los ojos rojos y los colmillos a la vista. Podía oler su miedo perfectamente, y el aroma a tabaco y whisky se mezcló también con el sudor y el pánico, haciendo el aire irrespirable....Así que desembucharon por la cuenta que les corría. -tomó una pausa para mirar a Anni a los ojos- James me explicó lo que aquella carta decía; El gobierno mundial estaba en alerta tras haberse detectado un virus radical, que mataba a todo humano que se cruzara en su camino. Para su suerte tenían un antidoto que eliminaba los efectos del virus en el organismo o protegian al cuerpo de incubarlos. Aquella cura había sido creada por los mejores cieníificos de la Tierra, entre ellos mi padre. Pero no todo era tan facil como parecía...El ingrediente secreto era una flor que estaba en extinción. Consiguieron fabricar 10 millónes de frasquitos, es decir 10 millónes de vidas salvadas. ¿Pero, que eran diez un millónes comparado con los miles de millones de ciudadanos de nuestro planeta? Nada, no era nada. Discutieron durante meses que debían hacer, y como siempre el dinero fue la solución. Enviaron una carta a todas las casas de la gente importante, cantantes, artistas, jugadores de futbol, deportistas etc, o gente con mucho dinero con tal de avisarlos, y de ofrecerles un trato a cambio de sus vidas. El precio por frasquito rondaba los cien-mil millones de dolares por cabeza.
Anni abrió la boca sorprendida. ¿Cómo podian pedir semejante brutalidad de dinero?
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Apocalipsis.
VampireAnni es una chica de 15 años que sufre un accidente cuando su padres discuten por sacarla de su ciudad y para su sopresa es rescatada por un chico algo extraño. ¿Amor, Humor, adolescentes, vampiros y el fin del mundo? Apocalipsis es tu historia.