"Lágrimas."

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-¡Mujer, tráeme algo de comer!-gritó Nea que jugaba tan tranquilo en el salón con el perro.

-¿Qué te has creído qué es esto? ¿un bar? -Al parecer la había tomado a ella como camarera.- Ni se te ocurra responder con algo gracioso, esto no tiene ninguna gracia.

-¡No la pagues conmigo! yo solo te he aclarado la situación.

-Mi pregunta es: ¿cómo puedes estar tan tranquilo?-no cabía en su asombro.

-Pues, porqué este no es el primer Apocalipsis que paso.- dijo con cara de SoyUnCavernícolaSexyYLoSabes.

-¿Y Jake? ¿estás tranquilo también por él? ¡Hace ya más de dos horas qué salió!-golpeó la pared.-

-Relájate pequeña -le agarró por los hombros y se acercó a ella, demasiado. Tanto que podía notar su aliento en la cara. Tragó saliva nerviosa.- por mucho que le llame renacuajo, tiene poco de niño. -tras unos segundos en silencio, prosiguió.- y no lo digo por su p...-...olla, eso es lo que se le estaba yendo a Anni de escucharle.- de verdad, él es fuerte y duro como mi p...

Vale, ya había escuchado demasiadas comparaciones por aquel día.

¿Porqué estaba preocupada por él? Ella era Anni Cavalloforte, la chica italiana que no hacía caso de ningún  chico, y que prometió evitar contacto con cualquier espécimen de sexo opuesto. ¿Y ahora? ¿ahora qué estaba pasando? solo sabía que no podía con la angustia de que a Jake le hubiera pasado algo.

Fue a cruzar el umbral de la puerta.

-Eh, eh, eh, ¿me ves cara de niñera?-preguntó alterado al ver que dejaba allí a sus cachorros.

-¿Hace falta qué te responda?

Y llevada por la preocupación bajó las escaleras que llevaban a suelo firme.

-¿Hola, hay alguien ahí?- "Como si alguien fuera a contestarme" pensó Jake mientras observaba el espacio que le rodeaba.

Cuando sus ojos se adaptaron a la intensa luz, notó como el mundo se le caía encima.

Estaba en el Olympo.

Pero algo misterioso se palpaba en el aire.

Estudió meticulosamente todo, pero no fue hasta dar unos pasos que vislumbró una sombra del tamaño de una persona.

Guardó las distancias por si acaso.

-¿Quién coño eres?- cortesía ante todo, Jake.

Pero la sombra no respondió con palabras, sino con un gruñido sordo.

-Jake...-susurró el extraño ser que miraba hacia la pared. Su voz sonaba demoníaca e irreconocible.

Instintivamente se preparó para la lucha, y retorció la cabeza al notar sus colmillos crecer.

La figura se puso en pie mirando al vampiro con la cara aún oculta.

-Jake...-no dejaba de repetir una y otra vez como un disco rayado su nombre.

-Me estoy cansando de este juego. - se acerco a la cosa preso de la curiosidad para averiguar a quien pertenecía ese cuerpo.

Preferiría no haberlo hecho nunca.

Ante sus ojos tenía ni más ni menos que a su madre.

Retrocedió asustado, a la vez que la vista se le nublababa creando una capa húmeda en su mirada.

-Jake...-aumentó la intensidad del tono.

Algo no cuadraba ¿cómo su madre iba a llamarle Jake en vez de Keja?

-¿Mam...?

Alguien le tocó la espalda interrumpiendole. Al girarse volvió a quedar anonadado.

-¿Padre?.

No podía ser. No. No. Intentó apartarse en un acto reflejo y chocó con su madre.

-Jake, Jake, Jake, Jake -decían ahora los dos a la vez.

Cada vez lo decían más rápido, y casi chillando.

Salí corriendo a empujones, pero no había dado ni dos pasos cuando volví a chocar con alguien o algo o lo que fueran esas cosas.

-¡Jake! ¡Jake! ¡Jake! -gritaba ahora una Artemisa recién aparecida.

-¡Basta! ¡Basta!

Las voces sonaban tan intensas que le estaban taladrando los sesos. Se acurrucó en una esquina y se tapó los oídos para calmarse.

-¡JAKE! ¡JAKE! ¡JAKE! ¡JAKE!

Echó a llorar como un niño y se iban incrementando nuevas voces de personas que conocía de su pasado.

"Jake" Basta. "Jake." Por favor. "Jake". Iros, iros ¡IROS!, "Jake"

-¡Jake! ¡Joder! ¡Despierta!

Tranquilidad.

Paz.

Armonía.

Reconocía aquella voz tan musical.

-¡JAKE! ¡¿estás bien?!

Notó como caían gotas de agua calida en su rostro.

Abrió los ojos con suavidad deseando no encontrarse en el mismo infierno de antes.

La luna bañaba todo el bosque de blanca luz.

Jake se incorporó lentamente tras aquel -¿sueño?, no, más bien pesadilla, sí, llamémosle así-.

Hacía miles de años que no dormía aunque prefería no volver a hacerlo. Mientras iba espavilando, le llegaban pequeños flashbacks de lo pasado hasta que concluyó el puzzle entero.

Enredó sus dedos en el cabello de Anni, que yacía llorando en su pecho.

-Estoy bien, tranquila- pero no era así, unas gotas se deslizaron por la mejilla.

Unos minutos antes...

Caminaba desorientada entre la maleza.

-¿Dónde hay una linterna cuándo se la necesita?-suspiró a la vez que apuntaba con los brazos al cielo en señal de súplica.

Era demasiado oscuro para poder diferenciar siquiera su pie de un trozo de mierda. Ante sus narices podía estar el mismísimo Axl Rose y no le vería. O sí. "¿Cómo te quedaste embarazada?" "Oh, pues resulta que todo estaba muy oscuro y caí encima de su...y claro daba la casualidad  que yo iba desnuda y él también y pues...pasó lo que paso". 

Sí, sin duda alguna era una buena excusa de grouppie.

Dejó a un lado los sueños húmedos con cantantes de rock.

¿No podía estarse quieto ni un momento? en aquellos días habían pasado más tiempo separados que juntos.

La chica siguió caminando hasta que por alguna extraña razón acabo de cara en el barro. Recordando viejos tiempos, vamos.

Había tropezado con un trozo de algo. Y deseo que no fuera una bestia salvaje durmiendo. Lo que le faltaba ahora era acabar en el estómago de una alimaña.

Ahora.

-Te voy a tener que poner un cascabel para saber cuando te pierdes, gilipollas. -dijo ella mientras se levantaba enjuagándose las lágrimas.

Apocalipsis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora